El presidente de la federación austriaca (ÖSV), Peter Schröcksnadel, ha mostrado su inquietud ante el
“riesgo real” de la desaparición del Descenso, la prueba
reina del esquí alpino, del programa olímpico y ha insistido sobre la necesidad de hacer
más televisiva la prueba.
Es una carrera que por lo general se decide
en menos de veinte minutos y que lucha por conservar las audiencias televisivas durante su desarrollo, al contrario que las disciplinas técnicas que se disputan a dos mangas. Schröcksnadel afirma que
“Los corredores no quieren creérselo pero hay un problema y el interés por el descenso disminuye. El descenso está asegurado en los Juegos de Pyeongchang 2018 pero el riesgo de quedar fuera en Pekín 2022 es real”
El dirigente austriaco, se hace eco de la preocupación que también tiene el presidente de la FIS Gian Franco Kasper. El principal problema es que los siete mejores salen uno detrás de otro en un tiempo limitado (dorsales 16 a 22), lo que mata el suspense para el resto de la prueba.
“Cuando se sabe que el primero de los mejores sale el 16º se enciende el televisor en el 12º y se apaga en el 25º”, dice Schröcksnadel, que sugiere la creación de una carrera de calificación tras la que los mejores puedan escoger cuándo toman la salida.
El presidente austriaco preconiza asimismo la preparación de
pistas menos lisas lo que, según él, haría las carreras más espectaculares para el público y menos peligrosas para los esquiadores, “
que se muestran prudentes cuando ven el peligro”. La posibilidad de quedar fuera del programa olímpico viene dada también porque el Descenso precisa de pistas largas y empinadas y cuya preparación es muy costosa y muchas estaciones carecen de pistas con estas condiciones.
La pista reservada para los Juegos de Pekín no tiene la altitud necesaria para un Descenso clásico según el dirigente austriaco, que no descarta que pueda disputarse
en dos mangas. Estas diferentes propuestas deberán debatirse en la próxima reunión del consejo directivo de la FIS, el mes que viene.