El plazo límite para realizar la aportación vencía el pasado 30 de junio y el Gobierno de Artur Mas aún no ha tomado ninguna decisión sobre el futuro de la estación. El plan de viabilidad de Boí Taüll marca que se debe rescindir el contrato y abrir la concesión.
Tras cinco años de incertidumbre sobre su futuro, los trabajadores desconfían de las repetidas negociaciones emprendidas por la dirección de Promocions Turístiques de la Vall para intentar solucionar los problemas económicos de la sociedad.
No obstante han desconvocado la tercera huelga indefinida de los últimos dos años este mismo lunes, cuando la cúpula de la concesionaria del servicio les ha prometido que devengaría finalmente la paga de junio en un solo desembolso que se realizará en los próximos días en lugar de fragmentarla en tres.
Los empleados de la temporada de verano temen que se repitan los atrasos en los salarios que tuvieron lugar en 2014, cuando percibieron las retribuciones de la temporada en octubre.
Con todo, no forma parte del paquete de pistas de esquí que gestiona el Govern a través de Ferrocarrils de la Generalitat. Boí Taüll tiene un modelo de gestión distinto que las pistas de Vall de Núria o la Molina, entre otras.
El departamento de Empresa i Ocupació, capitaneado por Felip Puig, diseñó un plan de viabilidad económica para las pistas que se firmó el pasado marzo y dejó la filial de Nozar al frente de la compañía.
Este pacto económico, unido al ofrecimiento de los hoteles de la zona a la banca para cancelar los préstamos pendientes que ya se habían ejecutado, representó un balón de oxígeno financiero para Promocions Turísticas de la Vall. Con todo, no ha podido levantar cabeza. El pago de los 75.000 euros está pendiente y, según fuentes del entorno de la filial de Nozar, el grupo no cuenta con fondos suficientes para hacer la aportación. La Generalitat debe tomar una decisión en Boí Taüll. Por el momento, es un tema pendiente.
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