Solo así se puede garantizar que la comunicación entre Navarra y Francia no quede borrada bajo metros de nieve. Y no siempre, porque en ocasiones el temporal y las ventiscas de hasta 100 kilómetros por hora emborronan en blanco el esfuerzo de los cuatro operarios. “Pero es una carretera internacional que no se puede dejar. Si no, la nieve se apodera y quedaría meses y meses cerrada”, apuntaba Julio Calleja Rodríguez, jefe de la unidad del Distrito de Aoiz, en la que se encuadra el puerto de Belagua.
Aunque la carretera de media tiene siete metros de anchura, las turbofresadoras a duras penas logran habilitar un corredor entre paredes heladas de nieve que alcanzan hasta los ocho metros. “Aquí el quitanieves sirve más para echar sal y quitar hielo. El trabajo duro es de las turbofresadoras”, indicó Calleja Rodríguez, sobre una máquina que conforme se abre camino deja un corte vertical en el muro blanco, al que con cada pasada restañan un poco más de espacio si no hay ventiscas. Y la nieve que se desprende o se queda en el suelo, la tritura y expulsa por encima de estas paredes en las que el hielo asoma con tonalidades azules.
El protocolo se activa cada día al amanecer para que, a las siete de la mañana el dispositivo ya esté en Isaba. En el mapa, un recorrido de unos 25 kilómetros que inicia su ascenso en la zona conocida como Mata de Haya. El siguiente tramo, de 5 kilómetros, llega hasta el cuartel militar actualmente abandonado. Pero aquí tampoco suele haber dificultades. Es desde este punto hasta la zona del Ferial -donde se encuentra el centro de esquí- en el que la nieve día sí y día también deja un paisaje monocolor en otros cinco kilómetros ayudado por las ventiscas y los aludes.
Y complicados aunque no tanto son los tres últimos kilómetros que llegan hasta el término de la Contienda, en la muga con Francia y a esos 1.780 metros de altitud. Julio Calleja explica que
También están los escolares que en autobús suben desde Isaba a la zona de El Ferial para la semana blanca. Pero el fin de semana esto se llena con cientos y cientos de coches que se desplazan hasta el Ferial para disfrutar de un día de nieve”.
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