El conflicto de Moscú con Occidente por
Ucrania y el debilitamiento de una
economía que ha sufrido una caída del rublo de
más de un 20 por ciento frente al euro y el franco suizo este año ha hecho que muchos rusos se lo piensen dos veces antes de desplazarse a Austria o Suiza.
Ksenia Konovalova, de 32 años y jefa de atención al cliente en una empresa de comida rusa en Moscú ha ido de vacaciones a los Alpes los tres últimos años, pero no estará allí este invierno.
"Ahora es más caro. Estamos tratando de ahorrar. Es un buen momento para ver cómo está Sochi cuando no está claro lo que va a pasar con el rublo".
Las reservas en algunas zonas de esquí austriaco han caído entre
un 30 y un 40%, según una fuente de turismo que pidió el anonimato. La agencia de turismo suizo espera que las pernoctaciones de viajeros rusos caigan entre un 7 y un 10 por ciento en 2014. Solo el segmento más alto,
de superlujo, parece indemne, según responsables del sector.
Los rusos tienen fama en Austria de llenar el
"vacío de enero" (el periodo entre el fin de las vacaciones navideñas y el comienzo del descanso escolar de muchos países en febrero) porque las festividades de Navidad de la Iglesia ortodoxa rusa caen en esas fechas. Su primero de año coincide justamente cuando en Europa Occidental acaban las vacaciones de Navidad.
"Los rusos suelen venir y llenar las camas vacías en hoteles de gama alta. Esto ha sido muy útil en años anteriores"
El turismo ruso ha descendido entre un 7 y un 10 por ciento en los meses de turismo y los hosteleros temen que
el descenso se acelere en la temporada de invierno, mucho más importante para los ingresos de la región, al agravarse la crisis del rublo. De materializarse, sería un golpe para un sector acostumbrado a los beneficios de turistas rusos que gastan en equipamiento de esquí de primera clase, tiendas caras y vinos selectos.
Quien se está frotando las manos es Putin, ya que las malas noticias para unos, lo son para los otros. La devaluación del rublo hará que muchos rusos elijan este invierno pasar sus vacaciones de esquí en alguna de las
nuevas estaciones de las montañas del Cáucaso. Allí los hoteleros esperan registrar mejores cifras que la pasada campaña, que de por sí no fue mala ya que atrajo a muchos curiosos que querían bajar por las pistas olímpicas. Pero ahora se espera que lleguen turistas con mayor poder adquisitivo, que dejen más dinero en estas poblaciones.