ELAN inicia acciones legales contra la decisión europea
El contencioso se inicia con un préstamo que le República de Eslovenia concedió a la empresa ELAN en 2008. La Comisión de la Unión Europea consideró en 2010 que dicho crédito era ilegal y atentaba contra los intereses de la libre competencia de la UE y solicitaba su devolución. Pero la compañía eslovena no retornó el dinero, por lo que en 2012 la Comisión les envió un requirimiento para la disolución o privatización de la empresa, con el objetivo de que con la venta de los activos, se pudiera devolver los 10 millones de euros.
Pero aunque en un principio se inició este proceso de privatización, el Gobierno esloveno, quien controla la mayoría de acciones de ELAN, paralizó la venta. Llegados a 2014, la Comisión dicta un ultimátum y le da 20 días para la privatización y devolución del dinero.
Según el Gobierno esloveno hay dos empresas interesadas. Una de ellas es Cameva AG, una compañía de capital austriaco y suizo con intereses en diferentes sectores, uno de ellos el de la fabricación de Yates a través de la empresa italiana Tecno Legno Yacht Group. ELAN, aunque es mas conocida por sus esquís y material de invierno, tiene una sección no menos importante dedicada a la fabricación de embarcaciones de recreo. Cameva AG está dirigida por el controvertido ex-directivo de Ferrari y Lotus, Dany Barhar, que veía con buenos ojos la compra de la compañía para incorporarla a su cartera de embarcaciones, e incluso agrandar su sección de artículos deportivos.
Pero ante la urgencia de la UE, se le pedía que pagase en efectivo los 10 millones de euros, pero Cameva no ha querido hacerlo de esta manera, y se ha retirado de la negociación.
En Eslovenia mientras tanto ven el tema de forma controvertida. Afirman que se les está haciendo servir de 'cabeza de turco', como aviso a otras empresas de la UE que han recibido préstamos y ayudas nacionales, consideradas ilegales por la UE. Los responsables de ELAN han enviado una carta a sus empleados y distribuidores, conminando a guardar prudencia ante un caso que considera que no va directamente contra ellos, sino que se ha dirigido al Gobierno esloveno. Pero que en cualquier caso apelarán al Tribunal de Justicia Europeo, quien deberá dictaminar en último caso, la situación final de la empresa, en caso de que no se acabara privatizando.