Para lograrlo, tuvieron que coordinarse para no realizar el salto todos al mismo tiempo, ya que hubiera roto la cadena humana. Primero comenzaron los de un lado, y como una ola, fueron saltando uno tras otro formando una bonita figura aérea.
Este era su segundo intento, pero no lo lograron por poco. Para conseguir romper el record mundial, han de saltar todos cogidos de las manos y caer sin que nadie se haya soltado. Ya han dicho que lo van a intentar de nuevo, e incluso han conseguido que algún rider profesional se enrole en la iniciativa. El canadiense Mikael Kingsbury, actual campeón del Mundo de Baches ya estuvo en este segundo intento.