En la época dorada del deporte español, los deportes de invierno tienden a la extinción, sino se atajan sus problemas a tiempo. Y todo esto sucede además, con dos candidaturas a juegos de invierno de por medio. Una situación en la que Eduardo Roldán, presidente de la Federación de Deportes de Invierno, se resiste a hablar de fracaso; dice conocer la raíz de los problemas, pero también asegura que, si no cambian algunos planteamientos, la situación no habrá quien la arregle.
Paco Grande: ¿Ha fracasado España en los Mundiales?
No es un asunto que deba surgir solo con las típicas preguntas después de los mundiales. Yo tengo las respuestas a tantas preguntas y críticas sin fundamento. Y es que hay que comprender las dificultades intrínsecas de este deporte. Desde fuera todo es opinable. Es fácil decir, si yo estuviera ahí lo haría mucho mejor. Los que estamos aquí sabemos qué pasa. He remitido al CSD un informe sobre la problemática aguda que tienen los deportes de invierno en España y en el Consejo ya saben cuál es la auténtica situación.
Este año hemos estado hacia el 40. Es una subida grande, porque eso significa puntos. Si Ferrán y Paul no hubieran obtenido esos puntos en el ranking, ahora estarían en la cola. En chicos estamos más cerca y en general, por los resultados de los mundiales, no hay duda de que hay una generación de deportistas en esquí alpino que apunta. Somos los primeros que queremos que esto cambie y que salgan campeones, pero debemos mantener la calma para trabajar y que esto llegue porque insisto, conocemos los problemas
La equiparación de un deportista alpino con un vallista por ejemplo, no tiene nada que ver. El deporte invernal debería ser considerado en España como algo natural y nuestra mentalidad es otra. Tenemos 2.500.000 de esquiadores aficionados pero todavía en los medios, se crea un estado de alarma nacional cuando hay nieve en las carreteras y no, esto debería ser considerado como algo normal.
El deporte de invierno y su problemática es, un punto en un rebaño de ovejas. Es decir entre 62 federaciones de deportes de verano, sólo estamos dos de invierno Y esto se traduce en que en el deporte español solo existe la mentalidad de verano y se le valora como tal, pero cuando hablamos de invierno, el deporte invernal no le importa a nadie, solo a María Teresa Samaranch (Presidenta de la Federación de Hielo) y a mí.
Estos deportes no tendrán significación hasta que no se asuma que son carísimos, que requieren una dotación de medios de los que no se dispone. Mire, en Garmisch cené con el presidente de la Federación Italiana de esquí, Giovanni Morcenti. Me preguntó: “que, ¿qué tal por España?” Y le dije “que, bueno, vamos para adelante” y me contestó “¿y de Soldi (dinero) qué?” Yo le respondí, que 3 millones después de la última reducción del 7%, y me dijo asombrado “¿cómo es posible, yo tengo 22 millones?”
El tiene además, 600 personas en su estructura y nosotros 100. Esto da una idea de lo que significa tener más medios. La base de deportistas es más grande. Se puede poner en el camino de la alta competición a muchos más deportistas. Es un tema que tengo estudiado desde hace tiempo. Se necesita más técnica, logística y estructura, que hoy por hoy no tenemos y con el dinero que recibimos, es imposible crear.
Los deportes de invierno son mucho más caros que los de verano. Si los contemplamos de igual modo, no me sirve. Nuestra logística es mucho más cara. Un presupuesto de deportes de invierno no es equiparable al resto de federaciones. En este sentido, parece que algo avanzamos porque parece que el CSD contempla a partir de los siguientes presupuestos separar el dinero destinado a los de verano o a los de invierno. Este sería un paso importante. Tenemos un presupuesto de 3 millones de euros. 1 millón se dedica al esquí alpino, pero aún tenemos menos presupuesto que Eslovenia que tiene 10 millones de euros y son 7 millones de habitantes.
Quiero que se sepa, que esta es una de las pocas federaciones olímpicas en las que el presidente y sus directivos no cobran. Nada. Si falta dinero, no hay dinero para directivos tampoco. Que me diga alguien desde fuera qué más se puede hacer. Estamos entregándonos en carne y hueso, con todos nuestros esfuerzos. Tendrá que venir San José o algún otro santo a echarnos una mano, para que de una vez nuestros críticos piensen que llevamos el asunto con total honestidad.
Yo empujo la idea de que deben ser captados antes, eso significa a los 14. En la élite mundial ya tenemos campeones olímpicos con 20 años, como Veronica Rebemsburg en Alemania. Queremos que nos lleguen antes y está mentalidad también hay que cambiarla. Pero es difícil, porque no es fácil convencer a clubes, federaciones y padres. Y no lo es, porque ninguno de los tres estamentos quiere desprenderse de los chicos.
Pero, cuando ya lo hacen, de nuevo surge el problema, necesitamos mucho más dinero, para poder acogerlos como quisiéramos. Ese es el meollo del problema. Si tenemos que hacer unas preselecciones de 80 niños con una media de 1 técnico para cada 3 niños, necesitaríamos 25 o 28 técnicos y programas, medios, material, coches, furgonetas para todos ellos. En total unas 100 personas y 3 millones de euros más como mínimo, solo para esto, y este es el presupuesto que tengo para todos los deportes de invierno
Es aprovechable y compatible. Este ha sido el caso de Pol Carreras en los mundiales, al que incorporamos para el eslalon y se prepara con un equipo privado en Suiza. Pero estos deportistas deben estar controlados y bajo los criterios de entrenamiento de la federación. Esta posibilidad surge si hay dinero privado, porque los padres quieren y pueden gastarse ese dinero, pero no hay muchos casos así.
En La Molina, en Formigal, en Espot, se han organizado mundiales, copas de europa, mundiales junior e incluso y muy importante, el Congreso de la FIS en Barcelona en 2014 o la Universiada de 2015 en Sierra Nevada. Esto es promoción. En las candidaturas invernales, hay un plan de promoción de deportistas, dentro del mismo proyecto de candidatura olímpica. Si no podemos tener más medios y dinero, al menos con la organización de competiciones internacionales o con esas candidaturas, encontraremos otra forma de crecer. Pero esta realidad o no se ve o no se conoce.
Pero aún así, seguimos trabajando. Y es que el problema no soy yo y ni estoy hasta el gorro, ni cansado y tengo tanta ilusión o más, que cuando aprendí a esquiar. Tengo la esperanza de que encontremos soluciones, de que España sea un país brillante y yo necesito más ayudas que críticas. A Lizavetsky siempre le digo: "ni reconocidos, ni remunerados, ni identificados".
Fuente: