A los empleados de Dynastar les cogió por sorpresa el anuncio del despido de 90 de sus compañeros de la fábrica de Sallanches. Y mas les sorprendió que parte de los empleados de I+D pasaran a las oficinas que Rossignol tiene en Morains. No entendían como Bruno Cercley podía querer hacer desaparecer una marca, Dynastar, que sigue siendo la última fábrica de esquís en Francia, y que sigue dando buenos resultados pese a la crisis que está viviendo el mundo del material de esquí.
De Sallanches se va el servicio de I+D, el de competición, y se eliminan parte de los puestos de servicios técnicos periféricos a la producción. Con una producción de 200.000 pares de esquís de alta gama al año, quedaban, aparentemente, diezmados a un servicio de 'backoffice'. El Sindicato recalcó que se han aligerado los costes de producción de un 8,7% en 2007 a un 8,3% en 2008, y que sus ventas han caído un -1%, frente al -28% de Rossignol (-18% de media en todo el grupo). Además tiene una cartera de pedidos que desde Octubre de 2007 a Octubre de 2008, se eleva a 2.030 millones en Europa, mientras que Rossignol se ha quedado en -3.330 millones de euros. Y en el mercado de Estados Unidos igual. Dynastar se ha quedado con un saldo positivo de 290 millones de euros, y Rossignol con uno negativo de -1.330 millones de euros.
El Sindicato afirma que los números hablan por sí solos, y que pese al entorno económico poco favorable, ellos han sabido salir bien parados luchando por la rentabilidad. Los trabajadores de Dynastar han demostrado su saber hacer y no pueden creer que la muerte de su marca sea beneficioso para el grupo, y así se lo hicieron saber a Bruno Cercley, Presidente de Rossignol.
Y este ha contestado este Miércoles enviándoles una carta titulada "La reestructuración del grupo es indispensable para el ahorro del Grupo Rossignol y la estabilización de todas sus marcas". Un título largo para un comunicado que venía a decir que Sallanches no se cierra, que Dynastar sigue como marca, y que se va a seguir potenciando. Que en Sallanches se ha implantado el sistema Dynapreg (el proceso basado en la inyección de resina de poliuretano) con buenos resultados, y que el sistema de "décoration numérique directe" que se realiza en Artés, España, se traslada a Sallanches. Bruno espera, según afirma en el comunicado, que estas medidas confirmen la confianza y las expectativas del grupo en la fábrica de Sallanches, la última de Francia, y una de las pocas que quedan en Europa Occidental.
Para este próximo Sábado a las 14 horas, se ha organizado una manifestación de protesta en Sallanches, a la que además de los empleados se espera la participación de campeones de esquí tanto del presenta como del pasado, grandes figuras del montañismo, esquí-alpinismo, riders del freeride, y en general aficionados y simpatizantes de la marca. También se ha montado un grupo en Facebook de apoyo a Dynastar.
Dynastar seguirá siendo marca única
Hace unos días el grupo Rossignol Skis anunciaba el despido de 275 de sus trabajadores en todo el mundo, y la recolocación de empleados de Dynastar en la planta que Rossignol tienen en Morains. Muchos pensaron que esto significaba el comienzo del fin de la marca de Sallanches, pero Bruno Cercley ha querido lanzar un comunicado tranquilizador.