Desde Vallnord se indicó ayer que durante la Fira d’Andorra la Vella (dónde se regalará un forfait de día a quien vaya disfrazado de esquiador) se firmará un convenio con los cónsules mayores de la capital, Sant Julià y Escaldes, “para establecer un precio unificado del forfait de temporada aplicable a todos los residentes permanentes en el país”. De esta manera, la reivindicación clásica de cada inicio de temporada que no se hagan diferencias entre los ciudadanos del país con pistas o sin pistas, tiene una respuesta parcial, y residir en Ordino, Massana, Escaldes, Andorra la Vella o Sant Julià no supondrá ninguna desigualdad económica a la hora de esquiar en Vallnord.
Aun así, las tarifas para esquiar en Grandvalira no serán todavía las mismas para todos los ciudadanos. Según se hizo público ayer por la tarde, rebajará el precio del forfait de temporada de manera notable en relación al año pasado para los ciudadanos de todo el país y se elimina el criterio de antiguedad con lo que los ciudadanos residentes en Andorra podrán esquiar toda la temporada por 288€ (frente a los 360€ del año pasado), excepto los de Canillo, que pagarán 134€, tal como hace Vallnord con los residentes en sus Parroquias. Esta rebaja especial es el resultado del compromiso del cónsul de Canillo y presidente de ENSISA, Enric Casadevall.
Así, los residentes en Encamp pagarán mas que los vecinos de Canillo por esquiar en Grandvalira. Tarifa también superior a la que el resto de ciudadanos deberán abonar por deslizarse por las pistas de la Massana y Ordino.
Subvención en Encamp
La única manera de que los encampadans puedan esquiar en Grandvalira por el mismo precio que los canillencs, es que el Comú que encabeza Miquel Alís vuelva a repetir la fórmula que aplicó la temporada pasada. La falta de acuerdo entre la corporación y Saetde, la sociedad que explota las pistas de Pas de la Casa-Grau Roig, hizo que la administración local subvencionara a los vecinos que compraron el forfait de temporada para evitar que tuvieran que asumir un sobrecoste. Así, los encampadans pagaban 360 euros por el forfet de Grandvalira y después, cuando lo presentaban al Comú, se les abonaban 230 euros porque el coste real para el privado fuese de 130 euros, que era el mismo que pagaban los ciudadanos de las parroquias con pistas. Para esta temporada por el momento no se ha anunciado si la administración encampadana volverá a hacerse cargo de la variación de precio.
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