Durante muchos años Stenmark fue el rey indiscutible de Taernaby con sus 86 victorias en Copa del Mundo, récord que todavía mantiene. A su sombra también ganó su amigo Stig Strand, con dos victorias en Copa del Mundo. Y también Bengt Fjaellberg, bronce en slalom en el Mundial de Schladming (1982) dos plazas por detrás del propio Ingemar.
Y ahora, Anja Paerson. En plena madurez deportiva, la sueca está arrasando en el Mundial de Are, en su país. Y el futuro del esquí sueco, también es de Taernaby, se llama Jens Byggmark y a finales de enero estrenó su palmarés en la Copa del Mundo ganando los dos slaloms de Kitzbuehel.
Tres horas al día de sol
En Taernaby, donde durante los meses de diciembre y enero apenas ven la luz del sol tres horas al día, ha habido y sigue habiendo grandes campeones, formados en el club local de esquí, el Taerna IK Fjaellvinden. “Quizás es porque no tenemos nada más que hacer que esquiar”, señala Stenmark.
Anders Paerson, el padre y entrenador de Anja, tiene los rasgos lapones que se adivinan en su hija. Para Anders el secreto de que salgan tan buenos esquiadores en Taernaby es sólo uno. “Tenemos unas pistas perfectas, una verdadera cultura del esquí. No hay otros deportes a practicar y los niños en la escuela tienen el esquí como actividad. Tus padres esquían, luego es normal que lleven a sus hijos a esquiar”, sentencia.
Con sólo tres remontes, tres telesquís y doce pistas, Taernaby es una estación muy modesta y de poca altitud. El desnivel de la pista 'Ingemar', el estadio de slalom, no asusta a nadie: 165 metros. Para bajarla no hay que tomar excesivas precauciones. La propia Anja bromea sobre el tema y dice que “no puede decirse que sea la pista más bonita que existe. Cuando entrenamos el super-G apenas nos caben siete puertas; no más”. Pero ello no impide a Paerson proclamarse campeona del mundo de descenso, la categoría reina.
Las suaves pendientes de Taernaby, y de la mayoría de estaciones de ese país, ha propiciado que los suecos desarrollasen una habilidad especial. Los esquiadores suecos, que siempre se han desenvuelto mejor en las disciplinas técnicas, utilizan la técnica del patinaje a la hora de deslizarse sobre las tablas, lo que les hace más veloces en bajadas poco pronunciadas. “Puedes venir de Taernaby y ganar un descenso; yo soy la prueba de ello”, dice Paerson, a quien ahora una parte de la prensa sueca coloca ya por encima del mítico 'Ingo' Stenmark.
Anja tiene fijada su residencia en Montecarlo por motivos fiscales pero se seinte orgullosa de ser de Taernaby y acude siempre que puede a su pueblo, pese a los 13,5º negativos que tiene de media en enero. Anja siempre que puede se presenta como “la niña de Taernaby, la misma que corría por sus calles, la que jugaba a fútbol o se lanzaba esquiando por sus pistas”. La misma que de pequeña idolatraba a su vecino Ingemar. Y ahora, unos cuantos años más tarde, Anja es un ídolo para un muchacho cuatro años más joven que ella, Jens Byggmar, que se ha emperrado en ganarla en los entrenamientos. En Taernaby los campeones se suceden.
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