El complejo de ocio gallego, similar al de Manzaneda y promovido por empresarios ourensanos y el Concello de A Veiga, ya tiene su club de detractores.
Una docena de colectivos de montañeros de toda Galicia suscribieron ayer un manifiesto en defensa de Peña Trevinca, el segundo pico de Galicia que supera los dos mil metros de altura y sobre el que se ha diseñado un proyecto para el que podría convertirse en el segundo gran complejo gallego de ocio de montaña, después de Manzaneda.
Desde la federación gallega de montañismo, hasta organizaciones dedicadas a la promoción de este deporte en Vigo, Pontevedra, Lalín, O Barco, A Ribeira Sacra, O Sil, A Coruña o Santiago, se han conjurado contra esta estación de montaña que, según dicen, podría resultar excesivamente agresiva con el entorno natural.
El proyecto fue apadrinado en su día por un grupo de empresarios de Ourense, con el apoyo del Ayuntamiento de A Veiga y la Diputación. La intención es crear una estación de montaña de tercera generación, según sostienen, con escrupuloso respeto al medio ambiente. La base de este complejo de ocio, que tendría en el esquí y la nieve uno de sus principales atractivos (pero no el único), se ubicaría a 1.800 metros de altura, justo hasta donde llega el manto nevado que arranca cada año desde los 2.127 metros de la cima Trevinca.
La inversión precisa para convertir este proyecto en realidad se ha rebajado desde los 58 millones de euros iniciales a los 37 del último proyecto reformado por la Diputación. El anterior Gobierno de la Xunta no logró cuadrar las cuentas y le negó las subvenciones.
Ahora, los promotores de la idea intentan que el nuevo presidente gallego estudie otra vez las posibilidades de este complejo, que podría generar empleos y riqueza para los concellos del entorno. Sin embargo, la idea cuenta ya con su primer club de detractores.
Los colectivos de montañeros firmantes del manifiesto recuerdan que el macizo de Peña Trevinca ha sufrido en los últimos años la instalación de canteras y aerogeneradores. Las primeras han destruido parte de la vertiente norte, Casaio, o Fonte da Cova, aislando el importante bosque del Teixedal, donde todavía se pueden encontrar árboles milenarios.
Protección ambiental
Los hoteles y pistas de esquí proyectadas pondrían ahora en peligro lugares emblemáticos para el montañismo gallego, como Maluro, Peña Negra, Peña Trevinca, Turriello, Xares o Serpe. Los montañeros opositores a la estación de esquí sugieren que la Xunta blinde Peña Trevinca con un grado de protección similar al de Os Ancares o la sierra de O Caurel. Sostienen que la rentabilidad de este complejo de ocio, al igual que sucede con Manzaneda, es «más que dudosa».
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