Cinto empezó a esquiar en los prados de Ribera y perfeccionó su técnica en Andorra. En su dilatada trayectoria como esquiador a recorrido un sinfín de estaciones de esquí en las que ha vivido numerosas anécdotas.
L’Avi, así es como conocen la mayoría de monitores, pisteres y trabajadores de las estaciones de esquí leridanas a Cinto Gabriel, sin duda, uno de los esquiadores más veteranos con 82 años cumplidos.
Cinto comenzó a esquiar en los prados Ribera de Cardós de pequeño con tablas de madera atadas a los pies con cuerdas. La técnica la perfeccionó en Andorra durante la Guerra Civil española. Su familia tuvo que exiliarse por motivos políticos y su padre se hizo cargo de uno de los primeros refugios de montaña del Pas de la Casa, el refugio Juaniquet. Cinto era el encargado de abastecer el establecimiento y a diario se desplazaba hasta Escaldes para comprar pan y subirlo hasta el Pas de la Casa. Este trayecto que hacía con esquís y pieles de foca les suponía entre 2 y 3 horas. La dureza era considerable al tener que realizar el Port d’Envalira con esquís y la mochila cargada de alimentos.
Finalizada la Guerra Civil regresó junto a su familia a Ribera y siguió practicando el esquí en el Port de la Bonaigua cuando aún no había estaciones de esquí en el Pirineo. Los primeros esquís que tuvo Cinto fueron los que durante la Guerra Civil, los militares de la campaña de montaña, abandonaron en la localidad. Eran unos esquís muy rudimentarios en comparación con los que lleva hoy en día, unos esquís de última generación que le trajeron los Reyes Magos.
La afición por el esquí la inculcó a sus hijos y posteriormente a sus nietos. A los hijos les enseñó a esquiar en el Port de la Bonaigua cuando aún no había estaciones de esquí en el Pirineo y con sus nietos va los fines de semana a estaciones de la zona.
Durante los más de sesenta años que lleva esquiando le han sucedido innumerables anécdotas.
Una de ellas en una estación de los Alpes franceses. El primer día le hicieron, junto a su familia, una foto de recuerdo y al día siguiente le pidieron que si podía posar para una segunda foto. Cinto explicó que ya se la habían hecho el día anterior y que ya la había adquirido en la tienda. El segundo día querían una instantánea para colgarla a la tienda de la estación de esquí por la curiosa vestimenta de Cinto; traje de esquiar con corbata.
Uno de los días de esquí en esta estación francesa Cinto descuidó el forfait en el hotel y cuando le pararon para pedírselo le reconocieron y le dejaron seguir esquiando sin necesidad de regresar al hotel a buscarlo. Los responsables de la estación expresaron: es el señor de la bonita corbata! no siga buscando el forfait.
El veterano esquiador cuenta que toda su vida, desde los catorce años, esquía con corbata y camisa de manga corta debajo del traje de esquiar y que este hecho tan normal para él muchas veces sorprende a los esquiadores.
Otro dato curioso de l’Avi es que siempre lleva en la mochila su bota de vino. Por este hecho lo conocen muchos trabajadores de las estaciones de esquí que más frecuenta (Port Ainé o Espot) y lo paran para compartir un trago juntos.
El veterano esquiador cuenta que trabajadores de las estaciones le dicen: “señor Cinto siempre que usted viene a esquiar hace buen tiempo, podría venir más a menudo”.
La explicación a esta cuestión es muy sencilla según Cinto ya que sólo sale de Ribera para esquiar si hace buen tiempo y si cuando llega a la estación el tiempo se ha complicado y no luce el sol, coge el coche y regresa a casa.
Entre las muchas anécdotas que le han sucedido en las estaciones cuenta que algún monitor que hace clases a grupos de escolares al verle descender por una pista alerta a los niños y les comenta: fijaros bien en este señor como esquía con su edad: seguramente tiene más años que todos vosotros juntos!
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