En un encuentro en París con el director del Programa Hombre y Biosfera de la Unesco, Natarajan Ishwarany, el consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné, y el director general para la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, José Luis Herranz, escucharon cómo el actual modelo de Reserva de la Biosfera Ordesa-Viñamala "no debe centrarse en la protección de un espacio, sino en su desarrollo".
Y en contra de lo expresado recientemente por el Comité español de dicho programa de la Unesco tras conocer las obras de ampliación de la estación de Formigal, a Natarajan Ishwarany le pareció "una excelente iniciativa" incorporar el turismo de esquí, "ya que beneficiaría mucho a la población".
El consejero Boné aseguró a Efe que "cuando les hemos hablado de que teníamos al lado de Ordesa la estación de esquí de Formigal, nos han contestado que sería interesante que estuviera dentro de la reserva, ya que el Medio Ambiente tiene que servir de motor de desarrollo".
El encuentro de ayer tuvo lugar a propuesta del Departamento de Medio Ambiente aragonés tras las críticas lanzadas por el comité español del Programa Hombre y Biosfera y su petición a la Unesco para reducir la extensión de la Reserva de Ordesa-Viñamala como castigo por las afecciones producidas en el entorno por las obras de Formigal.
En la reunión, Alfredo Boné propuso también redefinir los límites de la reserva --de unas 50.000 hectáreas-- ampliándolos a todo el parque de Ordesa, incluyendo el cañón de Añisclo y Monte Perdido, es decir entre 5.000 y 7.000 hectáreas más. "Es un proceso de diálogo que iniciaremos primero con los alcaldes y presidentes comarcales", explicó el consejero.
En la entrevista surgió también el impulso para celebrar en Aragón una cumbre de Reservas de la Biosfera españolas y el diseño de fórmulas para intercambiar experiencias entre reservas internacionales.
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