En esta ocasión Miller ha llegado al campeonato en una forma óptima. 2004-2005 ha sido la temporada de su confirmación. Mentalizado y con las garras más afiladas que nunca, su comienzo en la Copa del Mundo fue espectacular con seis triunfos en diez carreras y una victoria en cada especialidad. Luego volvió a la andadas para desesperación de John McBride, su entrenador, y de Phil McNichol, jefe del equipo masculino americano y encargado de dirigir la progresión de Bode desde 1997.
Bode Miller no es perfecto, sino todo lo contrario. Es imprevisible y errático. Los entrenadores han alabado su profesionalismo, pero no han conseguido variar su comportamiento en carrera. Chip Cochrane, el hombre que con 17 años le inició en la competición, envió hace muy pocas fechas un e-mail a Jesse Hunt, director del equipo de esquí alpino USA. Decía: «cualquier tentativa de 'programar' a Miller será un fracaso. Stop».
Es la impronta que le marcaron sus padres, dos 'hippies' naturales de Franconia, apacible ciudad de 12.000 habitantes de New Hampshire (costa Este) fundada en 1731. Está próxima a una reserva de los indios creek. Su educación fue tan libre como la filosofía de sus padres. Sólo hicieron hincapié en la preparación física que completó entre la 'high school' y un centro de alto rendimiento en Las Rocosas.
Luego llegaron el equipo nacional de EEUU y el inicio de su vagabundeo por Europa. No pisa los hoteles. Vive en una caravana que llama 'Bode-bus' junto a dos amigos, Jack Sereno, compañero de juegos en Franconia que hace las veces de chófer y cocinero. Incluso ha estudiado para 'chef' en Italia. Y Erik Schopy, también esquiador y ex-hippie. Comparte con Miller una granja cerca de Innsbruck (Austria). Es su lugar de reposo cuando aparca la furgoneta y se dedica a pasear y criar animales.
«Soy así»
«He tapado muchas bocas. Esquío a mi manera. O subo al podio o me caigo. Soy así. No se puede ganar con un margen de seguridad», fueron sus declaraciones tras vencer en descenso y en el super-G de Bormio y poner fin a un corto período de sequía. También había acabado con el reinado de los 'kamikazes' austriacos en la prueba reina. Y aún le quedaban el gigante, su especialidad, y el slalom. Soñaba con el récord.
Fiel a su filosofía el sábado tuvo la oportunidad de lograr una medalla y prefirió arriesgarlo todo por el oro y la gloria. Se estrelló en su intento de emular al austriaco Toni Sailer, primer ganador de las tres pruebas olímpicas (entonces sólo había tres medallas en juego) en los Juegos de Cortina d'Ampezzo'56 y al francés Jean-Claude Killy, último en repetir la hazaña en Grenoble'68.
También quería ser el primer esquiador en conseguir un 'oro' en las cinco disciplinas olímpicas. En Saint Moritz'03 había ganado el gigante y la combinada. En Bormio'05 se ha llevado el descenso y el super-G. Le ha faltado 'el tempo' para vencer el slalom del pasado sábado y escalar peldaños en el escalafón que continúa encabezado por el luxemburgués Marc Girardelli, el esquiador más completo de todos los tiempos.
Bode Miller en datos:
Nacimiento: Franconia, New Hampshire (Estados Unidos), 12 diciembre 1977.
Altura y peso: 1,87 cm. y 87 kilos.
Debut: Profesional, 1998.
JJOO: 2º (gigante y combinada, 2002.
Copa Mundo: 1º (gigante y combinada, 2003). 1ª (super-G y descenso, 2005).
Victorias Copa del Mundo: 18 victorias. 5 slaloms, 8 gigantes, 1 super-G, dos descensos y 2 combinadas.
Récord: 4 especialidades olímpicas en una campaña (2005).
Aficiones: Montañismo, 'free climbing', BTT, surf.
Fuente: