La estación invernal de Valgrande-Pajares ha iniciado diversas actuaciones para lograr una certificación «Q» de calidad turística, idéntica a la que ya tienen instalaciones españolas de tanto prestigio como Baqueira-Beret, Candanchú o Sierra Nevada. De todas formas, el director de la estación asturiana, José Miguel Vega Cuesta, asegura que la consecución de la marca es un objetivo a «medio plazo».
La certificación «Q» atañe tanto a la calidad de las instalaciones deportivas de las estaciones invernales, como a su oferta hostelera y de ocio, además de otra serie de equipamientos auxiliares, como pueden ser los espacios de aparcamiento y los accesos.
Según fuentes de la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y de Montaña (Atudem), a la que pertenecen Valgrande-Pajares y San Isidro, el sistema de calidad turística para este tipo de instalaciones «tiene como objetivo principal mejorar y adaptar el servicio a las necesidades y exigencias de una demanda que está creciendo año tras año». En la actualidad, un tercio de las estaciones invernales españolas cuenta con la «Q», ninguna de ellas situada en la cordillera Cantábrica.
Las primeras en contar con la marca fueron las de Astún, Cerler, Formigal, Boi Taull Resort y Sierra Nevada, que la tienen desde abril de 1999. Después, accedieron a la certificación Baqueira, Valdelinares, Javalambre y Candanchú (junio de 2000); Vall de Nuria y Panticosa (junio de 2001), y La Molina (julio de 2002), y Navacerrada (julio de 2003).
Tras los primeros cinco años de aplicación de las normas de calidad, en estos momentos se está llevando a cabo una revisión de los criterios de adjudicación de la marca «Q», incrementando los requisitos necesarios para acceder a esta catalogación.
La gestión y promoción del sistema está a cargo del Instituto para la Calidad Turística Española, de la que Atudem es socia fundadora.
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