Mientras las estaciones de esquí alpino -aunque sean de propiedad privada- actúan agrupadas en asociaciones, facilitando su organización y difusión de información útil para los usuarios, los espacios para practicar la modalidad nórdica dependen únicamente del trabajo que sus encargados -una o dos personas, en la mayoría de los casos- puedan o decidan otorgarle.
El Balneario de Panticosa-Resort, recién impulsado por las reformas, el circuito de Candanchú-Le Somport y Llanos del Hospital son tres ejemplos de seriedad que, además, tienen la suerte de obtener respaldo tanto económico como logístico.
Balneario de Panticosa
La pista del primero, en el Valle de Tena, se sitúa en la pradera del Balneario. El circuito cuenta con 12 kilómetros -5"5 de nivel avanzado, 4"5 de nivel medio y 2"5 para debutantes- y el precio es de 10 euros para los adultos y 7 para los niños durante los fines de semana. Sus instalaciones cuentan con un amplio alquiler de material de todos los niveles, así como una escuela de esquí con monitores cualificados. Además, los accesos -que tradicionalmente se convertían en el principal obstáculo- han sufrido una exigente mejora, con la construcción de una estructura antialudes que evite sus dañinos efectos en épocas de abundantes nevadas, y la ampliación de la anchura de la carretera.
Llanos del Hospital
En el Valle de Benasque, la estación de Llanos del Hospital ofrece 25 kilómetros divididos en tres circuitos: Plan del Hospital, de iniciación; Plan de Están, de dificultad media; y La Besurta, para expertos. Además, cuenta con un sendero para recorrer con raquetas de nieve, el Camino de los Aranesos. Su asignatura pendiente es el estado de las vías de aproximación, a las que, si bien existe interés por todas las partes de hallar una solución, ésta deberá esperar, como mínimo, a la próxima temporada. Dispone de servicio de restaurante, hospedería, cursillos de aprendizaje y alquiler de material. El coste del bono es de 6 euros, el mismo que en el circuito de Candanchú.
Candanchú-Le Somport
Éste, situado al pie de la estación alpina del Valle del Aragón, reúne 35 kilómetros junto con la vertiente francesa, divididos en cuatro bucles de distintas dificultades.
Circuitos más modestos
Con un carácter más modesto, pero con el mismo grado de dedicación y esfuerzo, funcionan los circuitos de Fanlo (Valle de Vio), Gabardito (Hecho), Linza (Ansó) y Lizara (Aragüés).
Su extensión varía desde los 3 kilómetros de Lizara -donde un socavón en uno de los puentes que cruzan el circuito puede evitar su apertura esta temporada- hasta los 20 kilómetros marcados de Fanlo, pista a la que nueva maquinaria le permitiría doblar su superficie. Pero la escasez de medios, tanto humanos como económicos, marcan la vida de estas humildes estaciones, que sólo encuentran el amparo de los albergues de la zona.
La situación se agudiza en Pineta y La Partacua. El Ayuntamiento de Bielsa no ha encontrado, de momento, un arrendatario que ponga en marcha el circuito esta temporada y se encuentra pendiente de adjudicación. La pista está situada a pie de carretera y cuenta con 7 kms. esquiables de huella marcada y facilidad de accesos, además de servicio de bar y alquiler de esquís. Pero tal vez el caso más sangrante recaiga sobre La Partacua.
Un año después de ser inaugurada con visos de convertirse en uno de los centros de fondo más importantes de la Península, la nueva corporación entrante del consistorio de Tramacastilla de Tena ha decidido no abrir la estación esta temporada.
Entre el caos también se encuentran casos positivos, como el nacimiento de Muela de San Juan en Griegos (Teruel), antes conocida como La Colocha. Una sociedad, Iniciatur, se hará cargo de la explotación de sus más de 20 kilómetros de circuito durante la campaña que ahora empieza, recuperando los viejos caminos utilizados antaño para la siembra y ganadería, y revitalizando así toda la zona.
Mapas de pistas de Candanchú - Le Somport y del Valle de Lizara
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