La primera atracción ya está montada. Si el clima lo permite, el “bungee trampoling” será el debutante. Este entretenimiento, que fue furor en la costa atlántica durante el verano 2003, desembarca en Las Leñas con la tentadora oferta de desafiar la gravedad a base de saltos y destreza física. Este juego, que ya tentó a varios incluso antes de su inauguración, se perfila como uno de los preferidos de los visitantes al centro.
Saltando sin parar
Mientras prueban el correcto armado de la estructura de 350 kilos de aluminio y 8 metros de altura, los dueños del entretenimiento demuestran su capacidad acrobática en los trampolines. “Más de 3 minutos es difícil de aguantar. Exige un buen estado físico”, describió Guillermo Muschietti, uno de los instructores del bungee trampoling.
El juego consiste en saltar sobre un trampolín de 4,2 metros de diámetro, mientras el deportista está sostenido por un arnés, tensado por 5 elásticos de cada lado. A través de un motor, se eleva a la persona hasta los 6 metros, y luego esta comienza a “rebotar”, por el efecto del trampolín y los elásticos.
El aparato montado en Las Leñas dispone de 4 trampolines enfrentados. Si bien se puede utilizar individualmente, el desafío entre amigos es uno de los atractivos de esta nueva disciplina. El “bungee trampoling” es una adaptación del “bungee jumping”, saltos al vacío desde puentes o grúas con una cuerda elástica, actividad que también se ofrecerá en Las Leñas.
Apta para todo público
Prácticamente no hay límites de edad y peso para practicar el “trampoling”.
Desde chicos de 3 años hasta adultos de más de 50, varios se tentaron durante el verano con esta posibilidad de desafiar la gravedad, según los organizadores de la actividad.
En cuanto al peso, es relativo. El límite recomendado son 100 kilos, pero se puede adaptar para peso más peso, utilizando más elásticos para sostener el arnés.
Aunque aún no es oficial, la tarifa estará entre 5 y 7 pesos. Los turnos oscilan entre 3 y los 5 minutos, siempre y cuando la preparación física lo permita.
Agustín Ferris y Montserrat López, dos porteños de 18 años que pasan su primera temporada en Las Leñas, dicen que se quedaron con ganas de probar el bungee desde sus vacaciones en Villa Gesell. “Me dio cosita en el verano. Lo pensé tanto, que se me acabaron las vacaciones, pero ahora lo pruebo sí o sí”, prometió Agustín, y su novia Montse puso una cena en juego. Si no es por orgullo, quizá Agustín lo haga por razones económicas.
El resto de los entretenimientos se irá acoplando a medida que la temporada invernal tome vuelo. Dos paredes de escalada de 14 metros -con la plataforma para saltos de “bungee jumping” en el medio- y carreras de trineos tirados por perros siberianos se sumarán a este abanico de actividades, que no requieren conocimientos de esquí o snowboard.
El Valle de Las Leñas abrió esta temporada hace dos fines de semana estrenando nuevos dueños: la empresa Nieves de Mendoza, del grupo anglo-malayo Walbrook, terminó de comprar el complejo.
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