San Sebastián, 1943. Permanece en mí el recuerdo de una ciudad muy bonita y socialmente no muy agradable.
¿A qué se dedicaba tu padre?.
Tenía una carpintería con mi tío. Éramos de un medio modestísimo y mis opciones sociales eran muy cortas.
¿Te afectó mucho la desgracia de tu madre?.
Sufrió una enfermedad mental y se separó de mí cuando yo tenía once años. Me quedé con mi padre y mi tía Cristina, que me inspiró mucho. Ella y mi tío Victorino me hicieron ver lo que era el esquí. Mi padre ya lo había dejado, seguramente por desilusiones de la vida, afectado por la desgracia de mi madre.
Relataste así tu primer encuentro con la nieve: "caminar por debajo de los aleros para en la sombra ver con más claridad los copos que caían".
Desde muy pequeño la nieve me impactaba mucho y me gustaba observarla las pocas veces que caía en San Sebastián.
¿Por qué hiciste peritaje mercantil?.
Cuando era pequeño era muy buen estudiante, lo que se llamaba un modelo de niño y eso me duró mientras tuve una situación familiar normal. Después me desorienté en todos los aspectos. No me centraba en estudiar y me matriculé en la escuela de Comercio.
Sin embargo aprendiste pronto francés y alemán.
El primero por la cercanía con Francia y el alemán porque mi tía Cristina me acercó a sus amistades germanas y me gustó.
¿Cómo descubriste Candanchú?.
No tenía ni medios ni coche y un amigo mayor que yo me llevó. Me entusiasmó por la magia que tiene, me enganchó. Eso fue muchos años antes de que me quedara aquí para siempre.
¿Cuando empezaste a trabajar en la estación?.
A los veintidós años empecé a dar clases de esquí, era 1965.
¿De profesor a director ha habido muchos pasos?.
En aquella época no era una estación consolidada, era un valle en el que se esquiaba, había dos o tres instalaciones, un hotel, un refugio, el campamento militar. Lo que primero se consolidó fue la empresa de remontes mecánicos, de la que fui director. Al mismo tiempo era el encargado de la escuela de esquí, con lo que empecé a coordinar todo lo relacionado con la nieve. He cumplido treinta años como director de Candanchú.
¿Ha cambiado mucho?.
No tanto. Ha tenido la implantación de edificios que es algo inevitable en todo núcleo turístico. Nació una urbanización que llenó de casas el fondo de este valle.
¿Qué ha significado esta estación?.
El esquí en España tiene mucho que ver con Candanchú. Ocupa un lugar prominente en el nacimiento de este deporte junto con núcleos que no se han desarrollado tanto, como Navacerrada.
¿Eres hombre de muchos o de pocos amigos?.
Siento que soy amigo de cierta gente y supongo que bastante gente piensa que lo son míos.
¿Te molesta que te recuerden tu relación con el Rey?.
No, porque es una de las cosas más brillantes que me han ocurrido en la vida. Es el mejor alumno que he tenido nunca. Le tengo un grandísimo afecto.
¿Tu hijo ha seguido tu vinculación con el esquí?.
Mi hijo, que ha tenido que asumir una situación de separación de sus padres, no ha tenido ninguna obligación impuesta por mí, ya que vivía básicamente con su madre, sin embargo él, por tendencia, ha ido acercándose al esquí. En estos momentos es profesor en Candanchú.
Eres presidente de la Federación Española de Deportes de Invierno, director técnico de la Escuela Española de Esquí, presidente del Hielo Jaca, miembro de la Comisión Ejecutiva del Comité Olímpico Español, director de Candanchú, teniente de alcalde del ayuntamiento de Aisa ¿cómo tienes tiempo para todo?.
Es la misma sustancia todo, el mismo frasco.
Has escrito varios libros técnicos de esquí, ¿eres una enciclopedia?.
En origen soy esquiador alpino y después técnico. Toda mi atención ha estado puesta primero en la competición, después en la enseñanza y a través de ésta en la técnica y su desarrollo. He sido alumno de personalidades muy destacadas en esta materia como el profesor Stefan Kruckenhauser, que me dejó muy grabadas algunas aptitudes y condicionantes de mi trabajo.
Has dicho que hablar de la RFEDI es hablar de siete federaciones en una.
Los deportes olímpicos de invierno son siete, que están dirigidos por siete federaciones internacionales. Nosotros tenemos todos en una y con poquísimo dinero.
Sus deportistas son de segunda línea internacional, ¿esto es corregible o inevitable?.
No son de segunda línea. Tenemos pocos de primera línea; pero los hay, como el equipo femenino de esquí alpino. Se puede avanzar porque los deportes de invierno en España han adquirido una gran magnitud.
¿Por qué has renunciado al sueldo que cobraba tu predecesor?.
Por cuestiones pragmáticas. El presupuesto es muy limitado. No queda margen para que los directivos cobren.
¿Eres capaz de concebir la vida sin esquí?.
No. Sería como dormirme y acabar.
¿Te hubiera gustado haber cambiado algo en tu vida?.
Las cosas que no me han salido han sido las personales. Mi relación personal no ha sido muy fácil y se demuestra porque he estado casado y he dejado de estarlo. No he sido una persona muy bien situada mentalmente como para tener una relación estable. Me hubiera gustado haber tenido una infancia más normal, un desarrollo de mi juventud más sereno y entonces, seguramente, mi viva privada habría sido más fácil.
¿Adónde escapas?.
A la pared del Tobazo hacia Rioseta, donde están los buitres. Me siento allí a contemplar el valle.
¿Cómo eres?.
Sensible, me afectan mis cosas y las de los demás.
Pareces frío, pero ¿has llorado alguna vez?.
Bastantes veces.
¿Lees?.
Cosas diversas. En la mesilla tengo dos libros de poesía inglesa, un par de diccionarios, una novela de suspense y otra de Pérez Reverte.
¿Qué prefieres música o silencio?.
Muchas veces, silencio.
¿Tienes creencias religiosas?.
Sí.
¿Hay algo después de la muerte?.
Lo espero.
¿Alguna vez recuerdas dos tragedias que te fueron muy próximas: la de Candanchú en 1985 y la del glaciar de Kitzsteinhorn en 2002?.
Sí y a veces me pregunto por qué estamos vivos y por qué otros murieron.
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