Esquí en Huesca: Crónica del Sábado

El mal tiempo se resiste a abandonar la comunidad autónoma. Ayer, el viento, la nieve y las heladas volvieron a ser protagonistas, aunque a diferencia del viernes, todas las pistas de esquí pudieron abrir sus puertas. Eso sí, las condiciones atmosféricas impidieron acceder a Francia por el puerto de El Portalet y la localidad de Bielsa, y obligaron a cerrar el acceso a los balnearios de Benasque y Panticosa.

Debido a la presencia de hielo y nieve en la parte francesa de la A-136, la vía quedó cortada al tráfico. También se cerró la vertiente francesa de la carretera A-138 (Barbastro-Bielsa-Francia), y fue necesario el uso de cadenas en la misma carretera desde Parzán hasta la frontera y desde Sallent de Gállego hasta la frontera.

Por otra parte, las nevadas caídas obligaron a circular con cadenas en la N-330, entre Canfranc-Estación y la frontera, en el paso de El Somport, y también en la vertiente francesa. Además, pasada la localidad ribagorzana de Benasque, permaneció cerrada la carretera A-139 desde el kilómetro 66, por lo que no se pudo acceder al balneario a causa del peligro de aludes. Lo mismo ocurrió en la A-2606, donde el tráfico quedó cortado entre los kilómetros 5 y 10, desde Panticosa hasta el balneario.

Otra vía que también quedó cortada debido a las condiciones atmosféricas fue la A-138, en el tramo correspondiente al túnel de Bielsa que comunica con la frontera francesa y su vertiente gala.

El Servicio de Protección Civil del Gobierno de Aragón mantuvo ayer la alerta por los fuertes vientos y el riesgo cinco de aludes en el Pirineo oscense por encima de los 1.800 metros de altitud, alerta que se mantendrá para el día de hoy. El aviso se produce a raíz del empeoramiento de las condiciones meteorológicas y el drástico descenso de las temperaturas en la comunidad autónoma, y especialmente en la provincia de Huesca.

ATASCOS

lo largo del día de ayer, el segundo del puente de la Constitución, no se produjeron incidentes de gravedad en el Pirineo aragonés. Los únicos hechos reseñables fueron los atascos continuados en las carreteras de bajada de las pistas de esquí, que se vieron colapsadas por la masiva afluencia de gente. El día fue tranquilo a diferencia del viernes, día en que la Guardia Civil tuvo que intervenir en numerosas ocasiones debido a pequeños incidentes: baterías de vehículos que se helaban, algún despistado que había olvidado las cadenas o averías comunes que dejaban los coches parados a un lado de la calzada.