La respuesta es no, una vez más, juas. Siempre, claro, que uno tenga el tiempo y la motivación necesarias, además de una idea realista de hasta dónde puede llegar según su condición física y sus habilidades mentales. Pero pongamos que disponemos de todo esto; entonces, esquiar en los baches es realmente fácil. Y divertido, que es lo principal.
Fotomontaje que muestra las fases de una curva en los baches, idénticas a las que llevamos a cabo en una pista plana con las debidas adapataciones técnicas al terreno irregular. Cortesía del libro "Esquí, Rendimiento y Emoción". Desnivel 2008. Esquiador Johannes Putz. Chapelco, Argentina 2006.
A lo largo de estos diez años hemos escrito infinidad de artículos al respecto, argumentando la afirmación que hacemos más arriba: Técnica de baches, El bastón en los baches, La absorción en los baches, Baches y amortiguadores, El cambio moderno en los baches, Pies juntos y baches y, finalmente, Baches y seguridad en pista, además de otros muchos en los que se citan las bañeras y la forma de bajarlas.
Excelente ejercicio para las bañeras: una girnalda ejecutada en la diagonal de la máxima pendiente, gracias a la cual podemos evitar el temor a descender atacando la línea totalmente hacia abajo. Cortesía del libro "Esquí, Rendimiento y Emoción". Desnivel 2008. Esquiador Johannes Putz. Hochkar, Austria 2006.
Para no aburrir volviendo una y otra vez sobre todos estos conceptos, animo a que echemos un vistazo al buscador y a los enlaces que aparecen arriba para indagar al respecto, resumiendo que los baches ayudan a esquiar, ya que están, es obvio, hechos por el paso de otros esquiadores. Las bañeras no son, pues obstáculos, sino zonas de la pista donde es más fácil reducir la velocidad y, encima, desencadenar un nuevo viraje... ¡Qué más podemos pedir!
¡Buenas huellas!
Carolo © 2010