En anteriores artículos hemos dicho que, al emplear la visualización, podemos recrear las sensaciones que van aparejadas a la realización de los movimientos que estamos imaginando. La auto-consciencia está relacionada con ello: con ser capaces de reconocer los estímulos internos y externos implicados en el deporte que estamos practicando, y que nos ayudan a obtener mejores prestaciones.
Es exactamente de lo que venimos hablando desde hace años en nuestros libros y artículos: reconocer sensaciones, ser capaces de interpretarlas e “instruir” nuestro aparato sensorial y cognitivo para que toda esa información nos sirva positivamente, regulando los gestos y los movimientos que llevamos a cabo. Es sencillo y no necesitamos tener la nieve bajo los pies para entrenarlo.
Podemos fácilmente educar estas habilidades cada día durante la práctica de otras actividades físicas si usamos esa "auto-consciencia". Por ejemplo, cuando tomo una curva cerrada en la bici de montaña y me apoyo en el pedal exterior, identifico sensaciones parecidas a la de la angulación de cadera al esquiar. Noto el grado de presión en el pie, cómo el centro de gravedad se desplaza hacia afuera de la curva dándome más o menos estabilidad y cómo influye sobre la trayectoria, la frenada o el agarre la distribución de mi peso sobre la bici. También, en otro sentido, pongo el foco de visión principal en la trazada que quiero seguir y conscientemente aparto de mi vista obstáculos que podrían distraerme, eligiendo puntos a diferentes distancias o distintas amplitudes de foco, dependiendo de la velocidad a la que vaya. Con la práctica voy seleccionando los estímulos más siginificativos y útiles, aprendiendo a utilizarlos en mi beneficio.
Todas estas habilidades relacionados con la calidad de lo que percibo y las decisiones que tomo en consecuencia, me pueden servir para transferirlas más tarde al esquí, mejorando mi capacidad de interpretar sensaciones relevantes, pistas, estímulos y referencia externas y, con ello, la habilidad de, por una parte concentrarme y, por otra, regular los movimientos que me permitirán practicar los deportes con mayor eficiencia.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2012