Ahora que ya estamos acabando el verano, que ya hemos visto y tocado las primeras nieves, y hemos comenzado (porque supongo que vosotros también habéis comenzado) a ponernos en forma para poder esquiar en condiciones, pues ahora justamente, me ha dado por el padelsurf otra vez.
Resulta que cuando comenzó la temporada de verano me tocó un premio en un concurso de la tienda Viladomat de Andorra, que consitía en probar una tabla en Grandvalira. Estaba muy bien, porque lo podíamos hacer toda la familia con neoprenos, material adecuado, monitores,… ¿Qué pasó? Pues que se suspendió la actividad por mal tiempo: frío y lluvia. La montaña...
Y nos quedamos con las ganas. Yo con muchas, pero los niños con más.
Acabado ya el mes de agosto me puse en contacto con la tienda y resulta que tenían una tabla de prueba. Y no tenían ningún problema en dejármela (¿a quién se le ocurre pedirla en septiembre?). Pues a mí. ¡Mola!
Desde el verano pasado quiero comprar una, pero en las cosas del verano no soy yo quien manda en casa (bueno, en las del invierno tampoco, pero sí que se fían un poco más de mi criterio con el material). -¿Cómo vas a meter ese armatoste en casa?.
Pues el armatoste en cuestión no es más que una bolsa grande de deporte. No digo que sea ideal viajar con ella en verano, pero se puede hacer. Y muy bien.
El verano pasado ya tuve mi primer contacto con este deporte: os dejo aquí el artículo. Es un deporte que, sin duda, es muy completo. Pero, creo, que es uno de los más adecuados para ponernos en forma de cara a esquiar. Se necesita, como parece obvio, un buen equilibrio, una buena coordinación, un buen control de nuestra zona media (core, le llaman ahora) y, más de lo que parece, resistencia en las piernas.
Este verano lo probé un día con una tabla hinchable de alquiler y el mar bastante revuelto. Dos horas bastaron para que mis piernas llegaran a la extenuación. Lo mismo mis abdominales, lumbares, dorsales,… creo que al día siguiente tuve agujetas en todo el cuerpo. Eso sí: es muy gratificante.
Este fin de semana, por fin, pude disfrutar de la tabla que me habían prestado. El primer día el agua estaba solo un poco revuelta. Un poco revuelta en el mar suele ser mucho cuando uno es totalmente novato. Pero se disfruta, al fin y al cabo, si te caes, te mojas un poco y te vuelves a subir.
El segundo día el mar estaba bravo, y ahí la cosa cambia mucho. Yo tenía ganas, pero por más ganas que le pongas el mar te ganará siempre. Así que me pasé el día prácticamente de rodillas sobre la tabla, que es mucho más fácil. También trabajas mucho, es posible, tendría que preguntar a un especialista, que la zona de abductores y aductores trabaje incluso más.
Respecto a la tabla, pues no soy un experto, pero sí puedo decir que me he sentido mucho más cómodo que con otras que había alquilado en distintas ocasiones, es mucho más estable y da una sensación de rigidez tremenda. Por otro lado, ahora que la he tenido y he viajado con ella, creo que puede valer la pena hacer la inversión si se le va a sacar partido. La diferencia entre alquilar o tenerla "en propiedad" es similar a la de alquilar el material de esquí: siempre te da la sensación de que con el tuyo vas mejor.
Os dejo un video muy corto (40 segundos), para que veáis lo fácil que es hinchar y deshinchar una tabla de este tipo. Es un video que va a servir, al menos eso espero, para concienciar a mi mujer de que, al fin y al cabo, no cuesta tanto viajar con una mochila más. Jeje. Ya la tienen, los niños, medio convencida.
Saludos, mañana comienza el otoño, pronto nos vemos en las pistas.
Nota: El paddelsurf es un deporte sencillo, pero es conveniente, como en todos los deportes, ponerse en manos de profesionales al principio. El año pasado yo estuve en el Canal Olímpico en dos ocasiones para tomar un poco de contacto y asesorarme bien. El mar es muy peligroso, si me alejara más de la costa sin duda usaría un chaleco salvavidas, llevaría el teléfono por si acaso y, muy importante, líquido para hidratarme bien.