Aunque los abuelos nos digan que ya no nieva igual que antes, en el periodo comprendido entre la temporada 86-87 y la 02-03 se produjeron en España 97 casos de aludes, que causaron 24 víctimas mortales, 28 personas heridas y 104 personas arrastradas que salieron ilesas. Y aunque en esta estadística (tomada del Registro Estatal de Accidentes por Aludes) sólo se incluyan los casos que han afectado a personas o instalaciones, la realidad es que en nuestro país aún estamos un poco ‘verdes’ en cuanto a aludes se refiere.
En esta primera entrega, y sin entrar en datos técnicos acerca de por qué y cómo se desencadena un alud, me parece interesante destacar la manera en que las estaciones de esquí tratan este tema para garantizar la seguridad en sus pistas o fuera de ellas (despejar zonas de parking y carreteras).
Desencadenar voluntariamente y de modo artificial un alud para prevenir sus consecuencias es una práctica habitual en la mayoría de las estaciones, que, de este modo, minimizan los riesgos de que las avalanchas provoquen desastres o accidentes.
Un poco de ‘retro’
Los primeros testimonios de la lucha contra los aludes datan de la Primera Guerra Mundial, cuando las tropas italianas y austriacas se enfrentaban en los Dolomitas. El objetivo era provocar en las filas del bando contrario el mayor número de bajas posible, aunque es probable que la mayoría de casos no fuesen más que víctimas de aludes fortuitos.
Después de la Primera Guerra Mundial, los militares suizos observaron que los aludes podían ser provocados por los disparos de sus artillerías cuando estaban de instrucción. EEUU y Japón también experimentaron en este terreno.
En países como Austria y Suiza se empezó a investigar este fenómeno alrededor de los años 50, mientras que en Francia y Noruega hubo que esperar hasta bien entrados los 70. En España, y más concretamente en Cataluña, estos estudios empezaron a desarrollarse en 1986 a través del Servicio Geológico de Cataluña y la Universidad de Barcelona.
Cómo se evalúa el nivel de riesgo.
Por lo general el procedimiento es el siguiente: dependiendo del país, existen una serie de ‘observadores’, personas situadas en poblaciones de riesgo que elaboran cada mañana un informe atendiendo a ciertos parámetros, como la cantidad de nieve caída en las últimas horas, las condiciones meteorológicas, el espesor de la capa de nieve o la velocidad del viento.
Paralelamente, en los puntos críticos de riesgo de aludes existen unas estaciones de medición automática, que registran datos como la altura de la nieve recién caída, la altura total de la nieve, las temperaturas máximas y mínimas del aire, la temperatura de la nieve a menos de 10 cm. de profundidad, la dirección e intensidad del viento, o la humedad relativa del aire.
Estación nivometeorológica.
Tanto los datos de los observadores como los de las estaciones de medición se transmiten a un centro de análisis, desde donde se procesan para elaborar un informe diario y un mapa de riesgos. En España los encargados de elaborar, de diciembre a mayo, los boletines diarios son el Instituto Nacional de Meteorología (con especial atención en los Pirineos navarro y aragonés) y Meteocat (para el Pirineo catalán). Muchas estaciones disponen de sus propias estaciones de medición, así como de personal cualificado para elaborar sus propios informes.
Las escalas de riesgo de aludes son estándar para toda Europa y van desde el riesgo 1 (débil) hasta el 5 (muy fuerte). Como aviso, en las estaciones podemos encontrar un código de banderas que representa el riesgo existente en cada momento.
Amarilla : Riesgos 1 (débil) y 2 (limitado)
Amarilla con cuadros negros : Riesgos 3 (notable) y 4 (fuerte)
Negra : Riesgo 5 (muy fuerte)
Sistemas de defensa contra aludes.
1. Defensa permanente:
Consiste en realizar obras en el terreno para reducir o anular el riesgo de aludes. Estos sistemas de defensa no implican la presencia humana.
1.1. Defensa permanente pasiva :
No se trata de evitar ni de desencadenar un alud, sino que son protecciones que actúan cuando el alud ya se ha producido, por ejemplo, mediante la modificación del recorrido del alud utilizando obstáculos, la construcción de diques de frenado, o el refuerzo de las infraestructuras para que no sean arrasadas.
1.2. Defensa permanente activa :
Su objetivo es impedir que el alud se desencadene, lo cual se hace fijando la nieve al suelo en la zona donde se desencadena el alud. Esto se consigue mediante la eliminación de los arbustos que favorecen que la nieve se “escurra”, la reforestación del suelo con coníferas, o la instalación de otros elementos como vallas, “rastrillos”, redes de cables de acero y paravientos, que hacen que se acumule la nieve justo en el lugar que queramos, y no en otras zonas donde podría suponer un riesgo.
Actualmente se está probando en Austria el “Snowgripper”, de efectos parecidos a las vallas y los “rastrillos” pero con menor impacto visual y menor coste de instalación.
Paravientos
“Rastrillos”
Redes de cables de acero
“Snowgripper”
2. Defensa temporal :
Requiere siempre la intervención humana y protege durante un tiempo limitado.
2.1. Defensa temporal pasiva :
Cierre de pistas o áreas esquiables y carreteras, o incluso evacuación de edificios y recintos. Normalmente, para estos casos suele haber un equipo de personas que se encargan de analizar las condiciones meteorológicas y las de la nieve para decidir cuándo llevar a cabo o no las prohibiciones y los cierres.
2.2. Defensa temporal activa :
Consiste en desencadenar los aludes de forma controlada antes de que éstos se produzcan de forma natural. Los principales métodos temporales activos que se utilizan son:
- Explosiones manuales : Una de las labores más importantes en la prevención de riesgos es la que lleva a cabo el equipo de pisters artificieros. Su misión es provocar manualmente pequeños aludes controlados en las zonas sensibles, para lo que acceden a la zona en helicóptero o con máquinas ratrac. Los pisters se sitúan en la pista inmediatamente superior a la zona de la avalancha y tiran una carga de dinamita de alrededor de 2.5kg. Es una operación peligrosa, ya que implica el manejo directo de explosivos y el pister puede ser arrastrado por la avalancha. Para limitar los riesgos hay siempre dos pisters que son, a su vez, vigilados por otro equipo localizado en la distancia, listo para proporcionar ayuda tan rápidamente como sea posible.
Cargas de dinamita
Lanzamiento manual de la carga explosiva
Y un vídeo que puse hace algún tiempo en el foro: El trabajo de los pisters artificieros en Mammoth Mountain (EEUU)
- CATEX (Cable aéreo para el transporte de explosivos) : es un sistema de poleas, pilonas y cables que funciona como si fuera un teleférico en el que se coloca la carga y se lleva hasta la zona en la que se quiere desencadenar el alud. Su principal ventaja es que la operación se realiza por control remoto y que puede llevarse a cabo incluso con condiciones meteorológicas adversas o con escasa visibilidad. Por contra, puede suponer un peligro para el vuelo de los helicópteros en determinadas zonas, y es sensible a las heladas. La carretera de acceso a Pas de la Casa por su vertiente francesa tiene varios CATEX instalados.
- “Avalancheur” : Es un cañón de tiro neumático que permite disparar cargas detonadoras a gran distancia, las cuales explotan en contacto directo con la nieve. Este sistema no puede ser utilizado cuando hay escasa visibilidad, y además es un sistema caro, ya que cada disparo tiene un coste de unos 200€. A pesar de esto, en Europa existen en funcionamiento unos 90 dispositivos, la mayoría en estaciones españolas, francesas y andorranas.
Cañón de tiro del explosivo
Y otro vídeo, esta vez de los pisteros de The Canyons (EEUU)>
- GAZEX : Es un dispositivo que provoca aludes mediante explosiones originadas a partir de oxígeno y propano. Los gases se almacenan en depósitos habilitados en zonas seguras, a cierta distancia, y la mezcla se lleva a cabo en un conducto que desemboca justo donde empezaría el alud. Una vez realizada la mezcla se provoca su explosión. Según los expertos, sus principales ventajas consisten en que no precisa de la intervención directa de un artificiero y que puede utilizarse con condiciones meteorológicas adversas. Los costes de instalación son elevados y precisa de un mantenimiento regular y minucioso, pero este sistema permite un mayor control sobre los aludes. Como ejemplo, en Cerler existe una instalación de Gazex con 9 terminales, así como en Les Arcs, Arinsal, Ordino, Pas de la Casa o incluso en un tramo de carretera entre Astún y Candanchú.
Cañón de salida de los gases
- AVALHEX : Estos aparatos consisten en unos mástiles en cuyo extremo hay un conjunto de globos de látex que se inflan con una mezcla de hidrógeno y oxígeno y que, cuando se accionan vía remota, provocan una pequeña explosión. Este sistema está avalado por CEMAGREF, una prestigiosa institución pública francesa de carácter científico-técnico. Este mecanismo iguala e incluso mejora los resultados respecto de otros sistemas, es de fácil instalación, uso y mantenimiento, tiene un mínimo impacto ambiental y un bajo coste. Los aparatos se pueden retirar a final de temporada para su almacenamiento. En España, Vall de Núria es pionera en la utilización de esta técnica.
Detonador autónomo
Detonador con canalización subterránea para transportar el hidrógeno
Todas estas medidas están ahí para que podamos disfrutar de la nieve en condiciones seguras ante un alud, pero antes de salir a la montaña a pasear, hacer travesía o meternos por una zona de fuera de pistas es necesario recordar un par de cosas:
- Consultar siempre el último boletín de riesgo de aludes.
- En las estaciones de esquí, antes de meternos por fuera de pistas, preguntar a los pisters o a la Guardia Civil sobre el riesgo existente en ese momento.
- El 74% de los accidentes se producen ante un riesgo 2 y 3. No hay nada como el riesgo 0.
- En los casos en que decidamos exponernos, llevar siempre ARVA, sonda y pala.
Y para la próxima entrega...: "Cómo sobrevivir a un alud y no morir en el intento!!!"
Fuentes y fotos:
- "Didáctica de los riesgos naturales" Montserrat Mases, del CRECIT (Centre de Recerça en Ciències de la Terra)
- Stephane Berthaud
- PisteHors
- ANENA Asociación Nacional para el Estudio de la Nieve y las Avalanchas (Francia)
- Instituto Cartográfico de Cataluña
- CNRM - Metéo France
- Gaz-Ex
- Snowgripper
- Inaccés Geotécnica Vertical
- Avalhex Systems
- Servicio de pistas de Balme