El MONTBLANC UNLIMITED da acceso completo a todas las estaciones del valle, desde un extremo al otro: Balme (Le Tour y Vallorcine, ya fronteriza con Suiza), Grands Montets (aún averiado por el incendioel teleférico más alto), Flegere y Brevent (enlazadas en altura), Aiguille du Midi y Montenvers (inicio y final del itinerario freeride más famoso del mundo) y Les Houches + Saint Gervais (bajito y muy arbolado, es el único que abre en caso de temporal). También incluye todo el Dominio Evasión Montblanc (demasiado grande para abarcarlo como segundo plato, lo dejamos para otra ocasión), el hermoso Courmayeur italiano (incluyendo la rebaja a 14.5 euros por trayecto en el túnel), y el Verbier suizo (con su famoso backside del Monfort 3330m, pero demasiado alejado lo descartamos por ya conocido).
Existe otra modalidad llamada LE PASS, más barata, pero que sólo incluye desde Balme hasta Brevent, dejando fuera lo más interesante.
Plano del Valle y dominios según forfait
Aconsejados por Nacho de Alpeski, nos alojamos en un magnífico apartamento en el pueblo de Argentiere (base de Grands Montets, a 10km de Chamonix y con todos los servicios), que aún dispone de las mejores opciones freeride y pistas por su orientación y desnivel, pero no muy centrados en el dominio.Esto puede incrementar los desplazamientos, pues las estaciones no están conectadas más que por navette gratuita que recorre el extenso valle. Como tuvimos 2 días de nevadas intensas y ráfagas fuertes de viento, nos vimos obligados a ir al otro extremo a buscar remontes abiertos. La opción de tener la base en Les Houches nos parece más interesante si la intención es conocer todo el dominio y estar protegido frente al mal tiempo, aunque las auténticas pistas alpinas no queden a mano.
El primer día de esquí elegimos la inmediata Grands Montets (1252-2765m actualmente), un pepino de estación incluso capada por la falta de los teleféricos, con pistas verticales y/o bacheadas, varios itinerarios fuerapista exigentes y unas vistas fabulosas, incluso sobre la Mer de Glace. No siendo accesible el inicio del Pas de Chevre hacia la Mer de Glace ni el glaciar de Argentiere, nos tuvimos que contentar con hacer la Combe de Pedant (con vuelta en remonte Retour Pendant, o llegando si hay nieve a la carretera en Le Lavancher a esperar la navette) y los fuerapistas a los lados de Bochard y Herse (desde donde se puede llegar alamorrena del glaciar de Argentiere por encima del refugio, y luego bajar hasta Argentiere si hay nieve suficiente). Con pieles se puede remontar incluso hasta el glaciar de les Rognons. Como curiosidad, hay también una pequeña zona freeride con grabación en video junto a la pista Coqs.
Plano de Grands Montets
El segundo día, con ayuda de nuestro Guía Pablo, acometimos la parte más bonita del viaje: El ascenso en teleférico a la mítica Aiguille du Midi, y descenso freeride por la Valle Blanche y Mer de Glace hasta Chamonix. La previsión meteorológica era mala, y hubo cancelaciones de grupos ya que de noche nevó, pero nos sonrió la suerte y tuvimos buen tiempo, unos centímetros de polvo y poca gente, lo cual se agradece para las inevitables ceremonias de fotos en terrazas, y posterior colocación de equipo en los estrechos espacios disponibles en un edificio situado a 3842m. La Arista estaba dotada de maroma y la nieve estaba suelta, pero empleamos los crampones y nos encordamos los arneses por seguridad. El paisaje es impresionante por la tremenda verticalidad de las paredes hacia Chamonix (1035m), por la presencia del coloso Montblanc (4810m), y por la lengua de nieve virgen que se abre a nuestros pies, cubriendo los glaciares. La primera bajada dela Arista siempre es algo tensa, y más si hubiera aglomeraciones y prisas, pero deja un recuerdo imborrable. Una vez en terreno llano nos despojamos de los crampones y cuerdas, y tras las últimas indicaciones de seguridad y comprobar los Arvas, nos pusimos en marcha por el itinerario escogido.
Plano de Aiguille du Midi y Montenvers
Se trata en todos los casos de itinerarios fuerapista, sin balizar ni pisar, y que atraviesan varias zonas de grietas y seracs, por lo que es muy recomendable contratar un guía experimentado, e imprescindible el equipo Arva+pala+sonda+arnés. Existen riesgos ocultos por la nieve que sólo un habitual puede detectar, y en caso de que ocurra un accidentesólo un profesional puede resolver. La tarifa diaria es de casi 400 euros, pero entre 6 personas no es dinero para la seguridad y la tranquilidad que aporta. También informan de los muchos puntos de interés que se observan por el camino, e incluso corrigen defectos técnicos que nos ayudan a mejorar. Hay guías españoles residentes allí, lo que siempre facilita la comunicación.
Diferentes itinerarios iniciales
El más sencillo por su amplitud y poca pendiente es el Classique, que rodea el gros Rognon (el espolón central que corta el circo) en dirección a Punta Helbronner (Italia, desde cuyo teleférico parte a nuestro encuentro el itinerario Vallee Noire). No deja de ser equivalente a una pista azul que se puede realizar incluso con esquís pisteros, siempre teniendo en cuenta que es necesario tener una técnica básica de pista para resolver las zonas de bañeras o toboganes entre piedras o bloques de hielo que nos encontraremos en zonas más bajas. Al cabo del día pasa bastante gente, y forma huella que no se trata por las noches. Por otro lado, si ha nevado mucho es necesario saber realizar giros en polvo, y recomendable un esquí de patín más generoso para lograr más flotabilidad.
La Vrai se realiza justo antes del Gros Rognon, y las petite, moyenne y gran Envers se realizan antes del petit Rognon, palas cada vez más directas y verticales bajo el glaciar del Envers de Plan. Todas ellas convergen en una única vía común, casi siempre con posibilidad de varias líneas paralelas.
La naturaleza alpina en todo su esplendor
Es recomendable madrugar para subir de los primeros, ya que no es raro que la apertura se retrase por razones técnicas o climatológicas. Incluso en temporada alta hay que sacar cita horaria. Se van recorriendo enormes distancias rodeados de picos de más de 4000m, pudiendo observar a una cierta distancia las crevasses visibles y los seracs (bloques de hielo de formas caprichosas) que se acumulan en las zonas donde rompen las lenguas glaciares, los refugios para alpinistas, las aves…en fin, muchas paradas para hacer fotos.
Pueden observarse las antiguas marcas del glaciar en la ladera
Existe una zona bastante plana que se denomina la Salle a manger (comedor), pues es donde se suele parar a reponer fuerzas a mitad de camino.
Una vez alcanzada la zona de la Mer de Glace, se suceden zonas muy cómodas con otras más trialeras entre obstáculos, que obligan a ir en fila india.Como curiosidad nos sorprendió el dato que el glaciar avanza casi 1cm cada hora por su propio peso.
Por último, se llega a la zona de la curiosa Grotte de Glace, excavada en el glaciar cada vez más en retroceso, que obliga a subir ya casi 500 escalones para acceder al remonte que lleva a la estación de tren de Montenvers. Cuando se construyó hace 50 años estaban al mismo nivel, pero es que el retroceso es cada vez a mayor velocidad, y hay que añadir tramos de escalones cada año, pudiendo observarse en las laderas las marcas dejadas por el hielo. En condiciones de nieve suficiente, puede evitarse el sufrimiento esquiando directamente hasta Chamonix por el bosque, pero también es necesario salvar un cierto desnivel en la morrena.
En un día es posible hacer más de una bajada si no hay demasiadas colas y se tiene una buena forma física, pero recomendamos disfrutarla sin prisas, pues no sabemos hasta cuándo estará disponible.
Parte de la escalera de salida hasta el remontedesde la Gruta de Hielo
Esa noche comenzó a nevar y en altura había fuertes ráfagas de viento, por lo que al día siguiente estaba todo cerrado salvo Les Houches (1010m), a casi 20 km, unida en altura con St. Gervais. Tras un comienzo retardado por el mal estado de las carreteras, llegamos a una estación bajita (cota máxima 1900m), pero dotada de remontes rápidos, pistas agradables y bosquecillos divertidos, con dos palmos de polvo en ambas vertientes. Aunque casi no paró de nevar disfrutamos sin parar ni a comer hasta que nos echaron. Cremina.
Plano de Les Houches-St. Gervais
Otra noche nevando dio paso a una mañana con aperturas retrasadas y chasco final, pues casi todo lo interesante quedó cerrado por riesgo de avalanchas, lo que nos obligó de nuevo a ir a Les Houches-St. Gervais, la única abierta en su totalidad. No os quiero poner los dientes largos, más polvo entre árboles sin parar hasta el cierre, ¡qué cruz!.
Bosques mágicos
El jueves habíamos quedado pronto con Pablo el guía para ir a Courmayeur, nada más atravesar el túnel de Montblanc. Llegamos de los primeros y llevamos otro chasco, al comprobar que pese al solazo no abría la zona de Youla y Arp. Tras validar los forfaits en taquilla, nos dimos cuenta que había suficiente campo que arar gracias a los spots secretos de Pablo. Hicimos varias palas vírgenes internas de calentamiento y luego nos tiramos por el freeride de la Dolonne con distintas variantes, pues la zona baja iba perdiendo calidad y era necesario cruzar el río en varios puntos. Allí tuvimos el único “accidente” de la semana:
El enganche con una rama provocó la apertura
Pese a que no es una estación grande, apenas pisamos las pistas, embobados con las palas sin pisar que Pablo encontraba, incluso a última hora del día para bajar hasta el coche. Nos sorprendió la rapidez de algunos remontes, la poca gente que había, y la alegría italiana por contraste con la habitual seriedad francesa. También lo a mano que parece estar el Monte Bianco. No os perdáis la ascensión a Punta Helbronner para volver a Chamonix por la Vallee Noire y Mer de Glace, siempre que alguien se quede con el coche. El descenso por el glaciar de Toula no lo pudimos realizar, ya que debido a algún infortunado accidente, han retirado las escalas que permitían descender el primer canaletto antes de ponerse los skis.
El Montblanc al fondo, y al extremo derecho Helbronner
Plano de Brevent-Flegere
Llega el viernes final y nos quedan aún por conocer 2 estaciones, lo que nos impide repetir Grands Montets como teníamos planeado inicialmente. Por tanto, bajamos en navette a Flegere y la recorremos a lo largo de la mañana, también Brevent(unidas en altura por un pequeño teleférico),aunque no pudimos catar la zona que nos recomendó Pablo, la Breche, ya que no permitían subir con skis en el teleférico, a causa del riesgo de avalanchas causadas por la acumulación de nieve y alta temperatura. Sí probamos los divertidos canales paralelos a la silla Cornu, y los que bajan hacia la pista de velocidad desde la silla Index. Son estaciones variadas, pero con bastante gente, pues son las más próximas a Chamonix, y con estupendas vistas al Montblanc (que nosotros no conseguimos ver). Las bajadas hasta abajo son potentes por su desnivel (hasta 1500m), pero suelen tener problemas de continuidad por falta de nieve, lo que obliga a buscarse la vida para encontrar el tapiz blanco.
Plano de Balme
Estuvimos haciendo algunos canales entre pistas, pero la niebla nos tapó y la nieve se degradó, por lo que tocaba bajar y marchar a conocer la última esquinita llamada Balme. Comimos el bocata en la navette camino de Le Tour (1462m), y sorprendentemente superamos a la niebla, lo que nos regaló una tarde espléndida de sol, aunque con la nieve muy deteriorada incluso en las cotas altas. Es otra estación bajita (2270m), bastante horizontal y orientada al sol, pero con todo esquiable y una bajada a Vallorcine de más de 1000m de desnivel, en la que hay líneas de freeride que discurren por Suiza, ya que la silla Tete de Balme corre justo por la frontera. Hay que estar atento para retornar a pista si no se quiere hacer luego una caminata. También hay alguna línea interesante desde la silla Les Autannes. Las líneas paralelas a la pista Les Solanges y Aiguillette no las catamos por ser las más soleadas y estar la nieve ya muy enganchona.
CONCLUSIONES: Es imposible recorrer todo lo que incluye el caro Unlimited, y sin embargo el barato Pass se queda corto para buscadores de emociones fuertes. Por tanto, estamos pagando por muchas cosas que sabemos que no vamos a usar. Aun así, pensamos que merece la pena la inversión: estamos en la cuna del esquí alpino, hay multitud de pistas impresionantes, y tenemos acceso alugares míticos que todo esquiador o amante de la montaña debe conocer. Se trata de un valle muy completo, con todo tipo de oferta relacionado con la montaña y la nieve, incluso Heliski en el lado italiano, y donde los profesionales se sienten orgullosos en el Olimpo de nuestro deporte. Chamonix ciudad tiene un comercio y restauración de altísimo nivel, que también es necesario valorar.
Grand Domaine (Valmorel + St. Francois Longchamp): Para esquiar el anterior sábado, día de cambio en Francia, elegimos por su situación a medio camino este dominio mediano (160km de pistas), con acceso por sus 2 pueblos extremos, que se juntan en el famoso Col de la Madeleine, a 2000m exactos, junto a cuyo hito se esquía. La cota máxima es 2550m y la mínima 1400m, pero con mucho espacio esquiable entre pistas, debido a que son montañas de formas suaves y sin apenas cortados, bajo la imponente presencia de le Cheval Noir (2832m).
Plano de Grand Domaine (Valmorel+St. Francois Longchamp)
Valmorel es un típico pueblo alpino muy bonito, con mucha madera y sin edificios enormes, donde todos los aparcamientos son de pago, excepto los gratuitos disuasorios situados en Le Croy, que cuenta con sus remontes y navettes para acceder al pueblo principal. Según dicen es una joyita que los locales no quieren que sea invadido por los mayoristas.Hay acceso mecánico desde otros pueblos llamados Doucy y Celliers. Saint Francois Longchamp,con varios núcleos conectados por remonte y navette, es en mi opinión más feo y explotado, pero seguramente más barato el alojamiento.
Existen 4 zonas freeride indicadas en el plano de pistas, de fácil acceso y diferentes exigencias, aunque todas las encontramos muy aradas, pues la última nevada era muy anterior. Gollet es la más facilona, Riondet la más vertical, Mottet la que tiene mejor nieve por su altitud, y Procureuse la que tiene más árboles y tubos. Sin embargo, desde la percha Lauziere se pueden buscar multitud de itinerarios más largos y con mejor orientación, hasta el inicio de las sillas Roset o Madeleine, que no se encuentran señalizados.