Se nota que Pinzolo es un pueblo de los de toda la vida. Sus orígenes se remontan a la Edad Media cuando unos religiosos se asentaron en la zona, la Compagnie dei Battuti del Trentino , una hermandad que vio crecer a su alrededor un núcleo de población. Esta hermandad estaba compuesta por laicos dedicados a la espiritualidad de largas oraciones, penitencias y actividades sociales y de caridad.
De actividades turísticas fuera del esquí se puede visitar la Chiesa di San Vigilio con unos espectaculares murales que lucen en su fachada exterior, una representación de la Danza Macabra, una costumbre medieval en el que se representa a la muerte bailando sobre distintos personajes que pertenecen a distintas clases sociales de la época, en el que se intenta transmitir el mensaje de que da igual el estatus social que se tenga en la vida, ya que ante la muerte todos somos iguales.
Las representaciones de la Danza Macabra son muy escasas y difíciles de encontrar, por lo que éste es motivo suficiente que justifica una visita turística a este monumento.
En esta localidad existe una actividad montañera y alpinista que nació desde bien temprano. Ya en 1.823, Nepomuceno Bolognini, que nació en Pinzolo, fundó la Sociedad de Alpinistas del Trentino (SAT) y contribuyó a la promoción del folkore y tradición del pueblo.
Debido a la ya consolidada tradición de turismo montañero de la zona, en 1.952 se constituyó el primer Corpo de Soccorso Alpino italiano por iniciativa de Angiolino Binelli, ya que la zona estaba cogiendo fama como destino turístico, al unísono con Madonna di Campiglio.
En lo que respecta a la estación, diré que es una estación pequeña, tiene unos 30 km. esquiables, pero muy bien aprovechados.
Las pistas son más bien de nivel alto, aunque también puede acoger a principiantes ya que dispone de pistas azules interesantes. El área esquiable para los mas novatos es más bien pequeña, además de ser, lo que yo llamo, azules intensas, tipo Candanchú o La Pinilla, donde ya se requiere cierto nivel para bajarlas
Aún así, en la zona de principiantes se veían muchos cursillos y también un buen parque de nieve.
Bonito detalle el de poner los nombres de los niños, indicando así a los padres que los profesionales están esperando por sus hijos.
La entrada a esta estación la hicimos a través de Madonna di Campiglio, utilizando el nuevo y eficiente telecabina que une ambas estaciones.
El telecabina discurre por tres tramos, ya que es realmente largo y no me puedo imaginar la tensión que tendría que soportar el cable si no se hubiera desmultiplicado su recorrido.
El primero de los tramos - en la foto anterior - sale desde el propio Patascoss, en plenas pistas y hace una primera parada a la entrada del pueblo de Campiglio, justo antes de la entrada a "la galería" , el túnel que salva la montaña y las pistas que pasan por encima.
Si no se quiere subir a pistas, hay un parquin a las mismas puertas de esta primera parada en el que se puede dejar el coche. El parquin es de pago, pero creo, que no lo sé, que son unos 3 euros al día, lo que no supone un gran desembolso.
El segundo tramo sale desde el pueblo y llega hasta un punto de la carretera, en el que no hay ni parquin ni nada parecido, aunque sí parece haber una entrada y lo que sí había era un técnico controlando la situación. Parece más una parada técnica de seguridad que una parada para pasajeros, supongo que para desalojar en caso de que haya problemas. En esta parte las puertas del telecabina ni se abrieron, lo que refuerza mis sospechas sobre la funcionalidad de esta parada.
Y el tercer tramo te deja ya en uno de los extremos de la estación. En total, el trayecto tarda unos 16 minutos, que es menos de lo que se tardaría en ir en coche a la estación desde Madonna di Campiglio. El final del recorrido te deja aquí.
En su recorrido podemos divisar el grupo de las Dolomiti di Brenta, incluidos en el parque natural de Adamello-Brenta, valles con glaciares incluidos y en el que en invierno se pueden visitar las espectaculares cascadas Nardis congeladas.
El parque natural del Adamello-Brenta es el área más grande con protección medioambiental del Trentino, con unos 620 kilómetros cuadrados de extensión y que incluyen los grupos montañosos del Adamello y Dolomiti di Brenta en el valle de Rendena, la Val di Sole y el valle de Giudicarie.
El parque natural contiene alrededor de 80 lagos. También está incluido el glaciar del Adamello , uno de los más largos de Europa, y tiene una rica variedad faunística en la que en los últimos años se está reintroduciendo el oso, con poblaciones provenientes de Hungría. Aquí también encontramos la especie del único pino de hoja caduca que existe en Europa.
A la salida del telecabina que une ambas estaciones se enlaza con la silla número 9 (Puza dai Fo') en cuyo final de recorrido nos deja en una especie de altiplano que tiene esta pinta.
A partir de aquí empieza nuestro verdadero recorrido por la estación. La silla que se aprecia en mitad de la imagen panorámica es una silla curiosa, ya que te permite subir desde esta zona hasta Malga Cioca, pero lo curioso es que este remonte, marcado con el número 6 en el plano de pistas es el mismo que el número 7.
Es decir, que es un remonte de ida y vuelta, por lo que hay que andar muy atentos en no pasarse, porque puede parecer una parada intermedia y puede que pretendamos quedarnos hasta el final, pero no, la cima es el final de la silla. Cuidadito con esto.
Nosotros lo que hicimos fue bajar por la pista de la derecha, la número 5, Valagola en el que iniciamos una serie de descensos por esta estación en pistas rojas y negras muy divertidas. Pistas que me parecieron muy exigentes. Para los amantes del esquí de velocidad y técnico, esta es su estación.
Además, por si fuera poco el nivel de las pistas, éstas están rodeadas de impresionantes vistas enmarcados por los pasillos de pinares que le daba un toque alpino muy particular a la estación.
Desde aquí se coge una silla que te lleva al punto más alto de la estación, al Doss del Sabion, que se encuentra a 2.100 metros de altura.
Desde esta cima parte el recorrido estrella de esta estación. Este recorrido nos permite realizar un espectacular descenso sin tener que tomar ningún remonte y sin tener que remar en ningún tramo hasta llegar a Tulot, situado a 850 metros sobre el nivel del mar, lo que nos da un desnivel esquiable de 1.250 metros.
Este recorrido se puede hacer por varios trazados, uno de los cuales es de 5,5 kilómetros de longitud y una pendiente media del 22% y otro de ellos es de 3,6 kilómetros con una impresionante pendiente media del 36%
Variantes que comienzan en el mismo punto, la pista Rododendro.
Pero luego podemos optar por tres opciones. Es decir, podemos seguir por la pista Rododendro, adentrarnos en la pista de Competición, pista negra donde las haya, o en la Variante a Rododendro, que es otra pista negra. Como podéis ver, las variantes son o roja o negra.
Para los que sean de nivel de azul y lleguen desde Madonna di Campiglio a través del telecabina que los une, no tendrán problema en llegar a la zona de las pistas azules, ya que a la salida de la silla Puza dai Fo' tienen una pista azul que les deja en el altiplano antes mencionado y desde ahí cogerían la silla que les deja en Malga Cioca, donde tienen la opción de volver al altiplano, o pueden tomar un trozo de pista roja que no tiene especial dificultad y seguir por la pista número 9 (Fossadei) hasta llegar al final de la pista Rododendro, donde pueden coger la silla número 4 y retomar de nuevo la acción.
La verdad es que la estación da opción para los principiantes donde se permite que grupos de distinto nivel se puedan ir viendo cada poco, pero no la considero adecuada para los principiantes porque les puede llegar a parecer aburrida y repetitiva, ya que la extensión esquiable para ellos es más bien pequeña, aunque por otro lado, les puede suponer un reto, porque son azules "extremas" por así decirlo.
En cambio, para el que le guste esquiar en pistas con buen desnivel, ésta es su estación. Ni que decir tiene que la primera bajada que hicimos en el recorrido estrella de la estación discurrió por la pista de competición.
Que nos regala estas bonitas imágenes.
Al final de esta pista, se enlaza con la zona de principiantes, en su base, pero enseguida se cruza la zona y se sigue por una pista roja que yo considero que debería ser más bien negra.
Aunque no se aprecia mucho ni en la foto anterior ni en la siguiente, hay mucha pendiente y para los que tengan nivel de rojas pero con la técnica aún no muy depurada, lo puede llegar a pasar mal. Es una pista muy técnica. Esto es lo que le pasó a Mary Joe, que le costó mucho bajar este par de tramos.
Además, como se puede apreciar en las fotos anteriores, muchos de los tramos del camino son estrechos, lo que requiere un buen dominio de los giros. No es una pista apta para cualquier esquiador que aunque sea capaz de bajar rojas no lo haga con suficiente solvencia.
Al menos la nieve estaba en muy buen estado y pudimos sacar a Mary Joe del apuro, que juró y perjuró no hacerme caso más en su vida cuando le diga que nos metemos en una pista negra , juramento que no cumplió .
Por la tarde despejó y la bajé yo solo, a toda leche y disfrutando de lo lindo. Si se tiene nivel para bajarla es una pista increíble y muy disfrutona.
Por cierto, que en la foto anterior se puede apreciar a un chaval que no medía más que mi bastón, yo creo que ni siquiera llegaba al metro de altura y no veáis como bajaba, increíble. Nada de cuña, un paralelo perfecto y el padre o profesor atrás dándole indicaciones de lo que tenía que hacer. Estuve a punto de preguntarle su nombre, porque veía en él a un futuro campeón de esquí, menudo máquina.
Bueno, además de la bajada estrella, también se puede disfrutar de las otras pistas que ofrece esta estación.
Otra pista muy interesante es la de Cioca 1, la número 7, que tiene este aspecto.
Y que por supuesto, no íbamos a dejar escapar.
Como se puede observar, la nieve estaba en perfectas condiciones, lo que le salvó de más de un apuro a Mary Joe.
Para volver a Madonna di Campiglio, se puede hacer por esta silla de Malga Cioca y luego enlazando otra silla que nos deja en la cima de Clump, o se puede hacer lo que nosotros hicimos, y es ir de nuevo al punto más alto de la estación, Doss el Sabion e iniciar desde ahí el descenso que nos dejaría en el altiplano de nuevo, donde se coge la silla número 11 y nos deja en una pista, de nuevo una pista roja, la número 12 - Brenta, que termina en el telecabina de enlace.
En definitiva una preciosa estación no apta para cardíacos que exige buen nivel de esquí en la mayoría de sus pistas, que son muy disfrutonas, donde hay poca aglomeración de gente y tiene unas vistas espectaculares rodeados de un precioso marco entre pinos.
Para los devora kilómetros os diré que esta estación se puede hacer perfectamente en una mañana.
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