Austria - Verano 2007
Mi novia y yo decidimos repetir este verano el plan del anterior. Las vacaciones de 2006 incluyeron una visita a Italia y los Dolomitas que nos dejó muy buen sabor de boca y quisimos repetir este año el mismo tipo de viaje con otro destino: Austria.
Viajamos en avión hasta Munich y en el aeropuerto de la capital de Baviera alquilamos un coche con el que pusimos rumbo a Austria. Dos horas nos costó viajar hasta nuestro primer destino, Zell am See, donde nos alojamos cuatro días.
Nuestro apartamento estaba dentro de esta colorista casa
La primera excursión tuvo como objetivo la Carretera del Grossglockner. Se trata de una carretera de montaña de peaje en cuyo recorrido tienes miradores para contemplar glaciares y museos sobre la vida animal alpina, desarrollo de los glaciares, etc.
Aquí tenéis una foto para que os hagáis una idea de la carretera.
El punto más alto son 2.600 metros y los paisajes que ofrece son espectaculares.
Al final de la carretera llegas a la joya de la corona, el glaciar Pasterze, uno de los más grandes de los Alpes. Lo puedes contemplar desde arriba o bajar unos cuantos cientos de escaleras y darte un paseo por su lengua helada.
Nosotros sentimos curiosidad por una serie de túneles que se veían desde el mirador. Nos metimos dentro, empezamos a caminar y el sendero no se acababa.
Nos topamos con unos españoles que venían de regreso. "¿Queda mucho para el final? ¿Merece la pena seguir?", les preguntamos. Su respuesta fue la misma: sí y sí. El premio de la caminata era llegar a la lengua de un segundo glaciar más pequeño cuyo nombre no recuerdo.
Y tenían razon, mereció la pena y mucho. En la siguiente foto se aprecia ya la lengua del glaciar.
Terminamos el día en un pequeño pueblo del valle llamado Heiligenblut. Un forero, Pedro Maia, nos recomendó pasarnos por esta localidad y la verdad es que el pueblo en sí y el paraje en el que está enclavado impresionan por su belleza.
El regreso a casa fue emocionante porque bajamos desde los 2.600 metros a los 800 metros de Zell am See bajo una gran tormenta y, a ratos, entre una densa niebla.
La siguienta jornada partimos dirección Hallstat, pero el ambiente que encontramos en un pueblo de camino a nuestro destino nos hizo cambiar de planes. Eran fiestas de San Martin, concretamente la Fiesta de la Paja (veo vuestras risas), y había que aprovechar. Algunos momentos de aquella mañana.
Terminamos la jornada en Salburzgo y al día siguiente fuimos a ver la Cueva de Hielo, en Werfen, y a Hallstat.
Las dos visitas son recomendables, aunque la segunda ineludible: Hallstat es uno de los pueblos más bonitos que conozco.
Camino de Werfen y el recorrido hasta la cueva, con la gruta ya al fondo.
Las siguientes fotos son de Hallstat: una panorámica del pueblo con su lago, otra de la plaza principal y una tercera sacada desde la barca que alquilamos.
Zell am See nos sirvió igualmente de base para conocer las cataratas de Krimml. Están en el pueblo del mismo nombre y para ver los distintos saltos hay que subir un sendero. Aquí os dejo varias instantáneas del lugar.
De las cataratas nos fuimos a Alpbach. Este pueblo se encuentra en la región del Tirol (Zell pertenece a la región de Salzburgo) y allí nos alojamos otros cuatro días en esta granja.
Vistas desde el balcón.
Centro del pueblo.
Los últimos veranos hacemos una jornada de aventura. Si en 2006 fue el parapente, en 2007 tocaba descenso de cañones. El cañón y los aventureros.
Desde Alpbach hicimos varias excursiones e Insbruck fue uno de los destinos. Unas fotillos de la capital del Tirol, su estadio de saltos Bergisel y el famoso tejadillo de oro.
Una tarde nos acercamos a conocer el valle de Otzal, valle en el que está enclavado Solden. Subimos el valle hasta el pueblo más alto, Vent, a casi 2.000 metros. Valle de Otzal, carretera hacia Vent y Vent.
También hicimos algo de monte y, concretamente, subimos a la parte alta de la estación de esquí de Alpbach. Es una estación mediana y familiar, de unos 45 km de pistas que transcurren entre los 1000 y los 2200 metros.
Antes de abandonar Austria no me resistía a catar nieve, así que subimos al glaciar de Hintertux. Estaba muy malita la cosa, un par de pistas abiertas y encima un día con nieve y niebla, de forma hice tres bajadas y a dar una vuelta por el valle.
Por supuesto, Murphy actuó y unos días después el glaciar recibió medio metro de nieve.
Y esto es todo. Luego a Munich a dormir y avión de vuelta.