En una epoca en la cual casi siempre se busca rapidez, en que siempre hay prisa para llegar a un cualquier destino, viajar de tren es una buena forma de ir de un sitio a otro con tanquilidad, disfrutando de cada momento del viaje, de cada color del paisaje, sin prisa de llegar.
Suiza es conocida, entre otras cosas, por sus trenes, puntuales como los relojes, tambien suizos, que atravesan paisajes maravillosas, con vista para montañas llenas de vierde y blanco, segun la epoca del año.
Uno de los mas famosos, si no el mas famoso, trenes suizos es el Glacier Express que, desde hace 75 años, tranporta las personas desde Zermatt a St Moritz, en su recorrido mas clasico, o a Davos (o al reves).
El «mas lento tren rapido del mundo» nos transporta, durante 7 horas y media, por un viaje dislumbrante por 291 puentes y 91 tuneles.
La estructura mas famosa del recorrido es el Landvasser Viaduct, construido en 1902.
El punto mas alto se encuentra en el Oberalp Pass, cuando el Glacier Express llega a los 2.033m de altitud.
El Oberalp Pass en invierno.
El viaje puede ser hecho en los coches panoramicos que, con sus grandes superficies en cristal, nos dan una perpectiva mas completa del paisaje, de los campos, de los pueblos y de las montañas de postal, y de los glaciares.
Yo hice el viage en Agosto de 1998 y os puedo garantizar que es inolvidable, a apesar de alguna mala suerte con el tiempo, ya que cuando salimos de Zermatt apenas habia alguna nube dispersa, a medio recorrido ya no se via cielo azul y, al llegar a St Moritz, llovia torrencialmente.
En fin, contingencias de los viajes, y no ha sido por eso que no he disfrutado como un enano, recuerdando mis tiempos de inter-rail, en trenes menos confortables, pero hay un tiempo y una edad para todo y el importante es disfrutar cada uno de esos momentos.
