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Última actualización: 02/05/2024 a las 12:51:00 (CET)

Una buena plataforma

Una buena plataforma
Con este articulillo termino con esta mini serie sobre la angulación, en la que he tratado de explicar algunas de las ventajas que nos reporta y que no son por todos conocidas. Hoy, para finalizar, voy a hablar sobre el clavado del bastón y también sobre cómo al angular

Con este articulillo termino con esta mini serie sobre la angulación, en la que he tratado de explicar algunas de las ventajas que nos reporta y que no son por todos conocidas. Hoy, para finalizar, voy a hablar sobre el clavado del bastón y también sobre cómo al angular, esquiamos sobre una plataforma más estable en la que recuperarnos o regular el movimiento.

Hace unas semanas decía que la clavada del bastón y la angulación pueden beneficiarse mutuamente. Efectivamente, el clavado correcto nos hace angular inconscientemente pero, también, la angulación evita que tengamos que hacer movimientos innecesarios con el brazo para clavar.

Cuando nos inclinamos sin angular al interior del viraje, el brazo del valle tiene a subir para ayudarnos a guardar el equilibrio. Esto hace que, a la hora de clavar el bastón, la mano tenga que recorrer mayor distancia desde allá arriba, adonde subió, hasta bajar a la máxima pendiente, donde el esquiador pretende clavar sus bastones. Quizás en esquí libre esto no tenga tanta importancia, pero si tenemos que reaccionar rápidamente y hacer un giro más corto, las manos elevada ralentizará la velocidad la que podemos reaccionar.

Respecto a la estabilidad, la angulación nos confiere, como ya sabemos y hemos comentado las semanas anteriores, una plataforma más estable sobre la que guardar el equilibrio e introducir ajustes. El caso típico que todos conocemos es el de evitar quedarse en el esquí interior, pero como podemos deducir hay muchas más ocasiones: en los baches, en el esquí extremo y en una situación que se da mucho en competición y en el que no solemos reparar, como son los saltos en un cambio de rasante. Sí, por ejemplo, esa típica puerta de Gigante o Super G que está situada justo en un cambio de rasante, no nos va a permitir hacer el cambio de cantos antes de empezar a volar, luego, si me vengo inclinado demasiado sin angular lo necesario, voy a despegar en una posición de lo más comprometida y que, probablemente, me va a hacer aterrizar en el canto equivocado. Sin embargo, si despegué angulado y estable sólo tendré que cambiar las piernas de posición en el aire para aterrizar en el arco de la siguiente curva.

Y bueno, podríamos seguir hablando días sobre esto pero por hoy terminamos aquí. Para resumir los articulillos de las semanas anteriores, diremos que los ángulos que adoptemos con los cantos deben ser el resultado de una combinación adecuada de angulación e inclinación. Se puede hacer lo uno sin lo otro, pero no es tan eficiente, je.

¡Buenas huellas!

Carolo © 2005

1 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    28/02/2005 05:53
    #1
    Buenas Carlos,
    la verdad es que leyendo esto, como a mucho otros les pasará, dan ganas de levantarse y ponerse a entrenar en la alfombra de casa!!!
    Mi principal problema para seguir avanzando creo que es precisamente este que comentas: falta de inclinac

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    • Gracias!

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