Ante todo cautela, los mapas de ayer del europeo son extraordinarios y los del GFs salida de las 12Z de ayer tb a las 18:00 iban en sintonía, pero ya sabemos que habiendo tantas horas de por medio va a haber bandazos.
Si seguís un poco la meteo habréis leído que podríamos tener una "siberiana", y fijaros bien en el tiempo del verbo, futuro hipotético, y ayer el modelo europeo ECMWF nos brindó unos mapas extraordinarios por poco frecuentes por nuestras latitudes.
el primer mapa por proximidad en el tiempo, en principio para el jueves
y en cuestión de temperaturas significa
pero llegábamos a tener
hablamos de temperaturas a 1500 m sobre el nivel dl mar, -10-12 en toda la península
Las siberianas se suelen caracterizar por ser secas, pero el Cantábrico tiene una situación geográfica privilegiada ante estas entradas ya que por el N está el mar, y es ma´s probable que la masa de aire tenga humedad por el recorrido marítimo y aunque es imposible predecir las precipitaciones a tantas horas,un ejemplo
Hoy ya ha habido cambios pero no voy a entrar en ellos porque volveran a variar a lo largo de estos días, solo queda descrito brevemente un escenario extraordinario, por poco usual, que se puede dar.
Viendo estos mapas me viene a la mente el famoso febrero de 1956, que
NO QUIERO DECIR QUE VAYA A OCURRIR y un relato que encontré que me conmovió
Para frío, frío, el del 56
Aquel día de 1956 caía una nevada ‘de las que nunca se olvida’, en palabras de María Esther. Y en Santander, por ejemplo, el termómetro bajaba ese 12 de febrero (tal fecha como la de hoy, medio siglo atrás) hasta los -3,8º, la mínima más baja registrada nunca en la capital. Eran alguna de las evidencias del temporal de frío y nieve que desde los primeros días del mes se había asentado sobre el norte de España. Una masa de aire polar que no comenzaría a remitir hasta el día 22.
Según el Centro Meteorológico Territorial, aquel febrero ha sido el más frío desde 1900 a hoy. Resultó la ola de frío más intensa que ha sufrido Cantabria desde que se vienen haciendo observaciones meteorológicas. Es más, su servicio de Climatología apunta que ‘por su intensidad habría que retrotraerse hasta la Pequeña Edad Glacial, siglos XVI y XVII, para encontrar algo similar’.
Oleadas de aire polar
Fue tal la crudeza de ese febrero de 1956 que las precipitaciones de nieve acumulaban hasta medio metro de espesor en un par de días. Tal era el frío que en algunas localidades las temperaturas máximas no sobrepasaban los 0º durante varios días, o bajaban hasta los -16º de temperatura mínima. El panorama de Cantabria se completaba con las carreteras cortadas y con comarcas enteras bloqueadas y aisladas. Y en esas, en lo más duro de aquel febrero, Esperanza comenzó a sentirse enferma.
¿Qué provocó aquella situación meteorológica? Un potente anticiclón sobre Escandinavia y una baja presión sobre el Mediterráneo. Por medio circuló aire polar continental, que llegó a España en tres oleadas, dos de ellas calificadas como ‘intensísimas’ por los meteorólogos. En el momento de mayor intensidad la masa de aire alcanzó una temperatura de -20º entre los 1.000 y 1.500 metros, ‘una auténtica exageración’. El Centro Meteorológico recuerda que en los temporales más duros del invierno, esas masas de aire que llegan a Cantabria tienen una temperatura comprendidas entre los -8º y -12º.
Como resultado, en Santander, a lo largo del mes, nevó nada menos que durante 11 días, y en siete de ellos se registró una temperatura inferior a 0º. El día 10 se marcó la temperatura máxima más baja de la que se tiene registro, -0,4º, y el día 12, la mínima absoluta, con -3,8º.
Otro ejemplo: en Reinosa, ese mismo mes, nevó 19 días; durante 23 se alcanzó una temperatura mínima inferior a los -5º y en trece de ellos la máxima no superó los 0º. Las temperaturas medias de aquel febrero en la comarca campurriana (la de las máximas fue de 0º, y la de las mínimas, de -7,9º) se equiparaban a las que normalmente se dan en capitales como Estocolmo o Varsovia.
Temperaturas extremas
El primer ‘ataque’ de la masa polar llegó con el mes. En Reinosa se dejó sentir un poco antes, pues según las anotaciones del Centro Meteorológico, el 31 de enero ya empezó a nevar, y el temporal se mantuvo hasta el 4 de febrero, acumulando medio metro de nieve. En aquellas jornadas la temperatura máxima en la capital campurriana no pasó de los -4,4º, y la mínima del día 4 bajó a los -12º. En Santander nevó los días 2 y 3, con una mínima de -1,0º.
Apenas sin descanso, el temporal se recrudece a partir del día 10. Aquella fecha, bajo una intensa nevada, en Reinosa la temperatura máxima se quedaba en -8,2º; en Santander se vivía las jornadas más frías de su historia pues en los días 10, 11 y 12 los termómetros marcaron de mínimas respectivamente -3,6º, -3,0º y -3,8º, siendo éste último registro la mínima absoluta de la capital.
Se reavivó el temporal el día 16, con más nieve -en las calles de Reinosa se acumulaba casi metro y medio de nieve- y frío, bajando los termómetros hasta los -13º, primero, y hasta los -16º el día 22. En Santander volvió a nevar del 17 al 22.
En Campoo se calcula que unas 40.000 personas quedan aisladas, según las informaciones de entonces, y que unas 30.000 cabezas de ganado se encuentran en situación precaria por la falta de pastos. Liébana queda bloqueada por aludes en el desfiladero, y en poblaciones como Pembes y Caloca se acumula más de metro y medio de nieve.
Remite el temporal a partir del 22, y la posterior entrada de un frente atlántico permite suavizar las temperaturas. No obstante, las fuertes heladas nocturnas contribuyeron a mantener la nieve hasta casi un mes después./i]
[www.meteored.com]
Ojo que quedan muchas horas, yo por mí mismo no hubiese puesto nada, porque me he hecho una especie de juramento que no voy más alla delos 4 días porque, como muchos de vosotros estoy hasta los webs esta temporada de llevarme chascos.
SUERTE!!!
“De acuerdo a todas las leyes de la física y la aerodinámica, el cuerpo de la abeja no es apto para volar…lo bueno es que ella no lo sabe”
javi no te toques ehh 
, aparte que luego tendríamos que esperar las precipitaciones.
