Cerler sufrió este fin de semana una pequeña invasión: varios foreros madrileños y valencianos se plantaron allí y tomaron al asalto el territorio Buscapaligru. Los Busca, cuyas dotes como anfitriones ya son ampliamente conocidas a lo largo y ancho de éste nuestro foro, pensaron: "Si no puedes con ellos, únete a ellos". Así que nos invitaron a cenar en su casa el sábado (junto a las huestes de Cerler, allí éramos ciento y la madre) y el domingo nos mostraron sus dominios primaverales.
Llegamos a Besurta en coche, no sin antes hacer varias paradas ante el avistamiento repetido de marmotas. Si os fijáis mucho (pero mucho, mucho), en la esquina superior derecha de la foto, sobre una piedra, veréis un ejemplar tomando el sol, inmune al acercamiento infantil.
El paisaje era espectacular. Los prados reverdecían tras el duro invierno pero aún quedaba nieve en las laderas.
Las flores campaban a sus anchas.
Los falsos azafranes convivían pacíficamente con las nomeolvides, mientras Sister se desvivía por fotografiar semejante explosión de vida.
Eso sí, el resultado mereció la pena y nos hartamos a fotografiar lirios. Qué bonito era todo.
Y flores por todos lados, qué hartazgo, oye...
Bueno, dejémonos de bucolismos y vamos a lo que vamos: el pateo en sí mismamente. Por lo menos anduvimos 100 metros, y no exagero. Eso sí fue ejercicio, y del duro. Partimos desde aquí.
¡Sister, deja de posar!

El camino fue complicándose e incluso hollamos nieve.
Yo desde atrás les urgía a que aceleraran, porque no veas el ritmo caribeño que llevaban.

...Bueno, igual esta versión de los hechos no es totalmente exacta. De hecho, Busca tuvo que pararse varias veces a esperarme.
El paisaje, simplemente impactante, con esos jirones de niebla jugueteando con las cumbres.
Silvia y Azud, en un marco incomparable.
Mi sobrino y Buscarayo hicieron buenas migas

pero no les digáis que he puesto este iconito, que me matan!!!
Seguimos pateando... ¡Sister, ya te he dicho que dejes de posar!
...Y por fin llegamos a este precioso ibón.
Los niños se hartaron a cruzar y saltar riachuelos.
Y mientras tanto... ¿adivináis qué? ¡¡¡Sister seguía posando!!!
El sector juvenil se resistía a abandonar sus saltos fluviales.
Estos dos llevaban la juerga metida en el cuerpo todo el rato. Y no entiendo muy bien por qué, porque Buscapaligru acabó con los pies en el río y el calzado y los pantalones empapados.
Bueno, dejaros de risas, que ya es hora de marcharnos.
Éste es el paisaje al que teníamos que renunciar.
Pero no nos dolió excesivamente abandonar el lugar porque la siguiente escala era nada menos que el restaurante de Llanos del Hospital. ¡Menuda comida nos metimos entre pecho y espalda!
Aquí los más payasos del grupo, imitando al cochinillo que estábamos a punto de zamparnos (aunque el cochinillo no tenía la misma cara de juerga que ellos).
Ahí estábamos de sobremesa, tan ricamente, cuando nos sorprendió un temblor de tierra que nos dejó paralizados. Afortunadamente duró poco, pero se notó perfectamente dentro del comedor y el estruendo nos dejó sin habla. ¡Una anécdota más en un día fantástico! Y para terminar, la última sorpresa antes de emprender el camino de vuelta a casa a cargo de Womanpaligru, que me regaló un ramo de lirios silvestres.
Los lirios están ahora mismo en mi mesilla de noche. ¿No los oléis desde aquí?