No puedo opinar respecto al carving porque todavía soy uno de esos clásicos de las tablas rectas (aunque espero probarlo pronto).
Para mí el principal problema del aumento de accidentes radica en la falta de educación generalizada, tanto dentro como fuera de las pistas.
Estoy de acuerdo con el correcto aprendizaje, sin saltarse ninguna etapa (de hecho pienso tomar alguna clase de carving), y también abogaría por separar las pistas del snow (que personalmente veo bastante más peligroso que el carving), para que pudieran romperse la crisma a placer en esos descensos alocados, sin dañar al los que simplemente queremos disfrutar de un día tranquilo. Ya lo dice Pirelli: la potencia sin control, no sirve de nada.
Creo que junto con las clases teóricas y también en las taquillas, debería volver a hacerse hincapié en los mandamientos del esquiador, que basicamente se resumen en uno: el respeto a los demás.
¿Dónde se ha quedado lo de mirar hacia arriba antes de iniciar el descenso, o esquivar con la suficinte amplitud al que va más hacia el valle, o no pararse en lugares difíciles ...?
De todo esto estoy seguro que nada se comenta a las nuevas generaciones, pues no hay mas que observar su comportamiento en las pistas, lleven lo que lleven en los pies.
Los que llevamos años esquiando y tenemos un poco de técnica y algo de "vista", podemos solventar con mayor facilidad los posibles encontronazos, pero tambien hay que pensar en los que no pueden utilizar estos "trucos". De hecho mi mujer esquía hace sólo tres años, y con su cuña, ya casi paralelo, se defiende perfectamente en las pistas azules. Sin embargo, las pocas veces que la he visto en el suelo (aparte de las caidas lógicas durante el aprendizaje inicial) ha sido por culpa de algún cohete descontrolado (casi todos snow) que se la ha llevado por delante, y que ni siquiera ha tenido la deferencia de pararse a preguntar si se había (por no decir LE había) hecho daño.
Por mi parte nunca he tenido el menor percance en la nieve, y me conozco muchas estaciones de Francia y Suiza y casi todas las españolas. Me gusta bajar relativamente rápido, pero con control, disfrutando de los giros en toda la amplitud de la pendiente. Siempre procuro mantener la velocidad adecuada en cada tramo (voy más despacio cerca de remontes o en cruces de pistas, cuando veo cursillos, congestión o esquiadores con más dificultad).
Os voy a contar un caso que me ocurrió estas Navidades. Estaba esquiando con mi mujer, bajando por una pista verde de Navacerrada, y de repente me pasa un esquiador a toda pastilla por la derecha, cuando casi había iniciado el giro hacia ese lado. Me paro en seco y miro hacia atrás para ver si mi mujer lo había esquivado y ante mi sorpresa, observo que otro individuo (que también baja petao y mirando através del visor de una cámara de video con la que está filmando al primero) está a punto de colisionar con ella, y, enfrascado en su papel de Cameraman, solo acierta a decir ¡Cuidadooooo, cuidadooooo....!!!!. Total, que ella a duras penas consigue esquivarlo. Y el individuo continua su alocado descenso, filmando como si nada...
Ya en la cola, los observo varios puestos por delante, mientras el de la cámara comenta al otro: "Jo tio, vaya flipe. Me sentía un profesional mientras te grababa bajando..."
A lo que iba, menos PROFESIONAL y más EDUCACION, CONTROL y RESPETO A LOS DEMAS.