Acabo de salir de una pesadilla, una auténtica historía de terror. Alguien ha tenido la desafortunada idea de pedirme que le comprase un casco del Lidl que me pilla muy cerca. Todo normal, ya casí no quedaban, pero una vez en el metro con la caja en la mano he notado que la gente me miraba raro, se han ido arremolinando a mi alrededor hasta que alguien ha espetado "ahí va el último casco del Lidl" y la muchedumbre se ha avalanzado sobre mí, todos querían su casco Lidl, justo en ese momento el vagón ha abierto sus puertas y he saltado raudo al andén mientras la turba me perseguía furiosa, he saltado a las escaleras, de tres en tres, de cuatro en cuatro, pido disculpas a la gente que he arrollado en mi atropellada uída, por fin he alcanzado la calle, pero la cosa lejos de mejorar, empeoraba, otras gentes se sumaban a la persecución. Al fin, con gran esfuerzo he conseguido darles esquinazo, refugiarme en un portal y esconder el casco bajo el abrigo, me he desecho de la caja y parezco un abuelete fondón, pero creo que el peligro ha pasado. Voy a tomar un taxi, espero que el conductor no sea aficionado a la nieve y lo vea...ya os contaré.
