Ha estado nevando un par de días, y estás enjaulado en el Hotel, porque la verdad, no hay nada más aburrido que una estación de invierno (si es de las de segunda generación) cuando no se puede esquiar.
Amanece un día claro, frío y con la nieve esperándote. Casi no desayunas y con las botas a medio abrochar te presentas de los primeros en los remontes, para echar tu firma (que es una bonita y efímera forma de demostrar tu ego a todo bicho esquiante) en la nieve polvo.
Delante de tí hay una chica marcando tanga bajo su ajustado pantalón. Te fijas en lo del tanga, pero tu vas a lo tuyo, pensando en ser el primero en firmar en esa especie de lista de asistencia como hacían los funcionarios en los ministerios antes de inventarse la cibernética....
Sólo que aquí la hoja en blanco es la nieve, el bolígrafo tus esquís, y la oficina, el más maravilloso y apetecible puesto de trabajo que imaginarse pudiera (Blanca Fdez Ochoa dixit).
Pues bien con eso de que los sextiplazas no suban vacíos te toca al lado de la del tanga insinuante y mira por donde va sola, y que si tal y que si cual, y que te dice que quiere aprender a esquiar en la nieve polvo,etc.etc.
Tu ego sigue "in crescendo" y dices: no te preocupes, vente conmigo que te voy a llevar a unos sitios preciosos y fáciles.
Llegais a la cima, te aprietas las botas y empiezas a dar los primeros virajes.
La del tanga insinuante, despatarrada, agarrotada, acojonada y emborrizada...en nieve.
Y tu que tienes que esperarla, desesperado porque ves como los otros funcionarios de la nieve polvo que han llegado más tarde que tú no paran de echar firmas, y tu sin catarla, con los esquis quitados buscando bajo la nieve los esquis de la del tanguita....
Al final terminas por irte al dócil redil de las pistas pisadas.
Tanta caballerosidad merece una recompensa.
O al menos esos piensas cuando la chica "a midi" como dicen los franceses, te propone ir a tomar algo....
Allí cuando tu crees que ha ido al w.c. aprovecha para volver acompañada de un señor de mal humor (su legítimo poseedor), una adolescente con granos y aparato dental, y un enano cabezón con un casco dos tallas superiores a la suya que dice que tienen hambre...
Te los presenta.
Y tu mientras, viendo a esos joputas de los tableros, desvirgando a más no poder...
Y yo te pregunto, querido Clint ¿es eso esquiar con sabiduría?
Saludos