Cita
excalibur
- Llevar siempre bombona de recambio, salir en mitad de la noche a cambiarla es toda una experiencia.
Ando liado ahora, ya contaré algunas anécdotas y trucos. Sin embargo no apagaré sin contar que debido a una experiencia, mala, decidí hacer lo que al final cuento. Llegamos a Baqueira 1500 a eso de las 10 u 11 de la noche, mis hijas, bastante pequeñitas aún. Nevaba. Nevaba bastante, hasta el punto de que la subida a Bonaigüa estaba desaconsejada en el luminoso. Aparcamos como pudimos en la misma carretera, cerca de las taquillas, en un aparcamiento en batería que había, no había mucho margen de maniobra. Y aparcamos de morro contra el talud de la carretera, es decir con la parte posterior cercana a la raya del arcén. Pues se tiró toda la noche la quitanieves arriba y abajo, con la pala retumbando en el firme, estabamos a cierta distancia de su paso, pero el ruido era tal que parecía que nos iba a llevar por delante, y mi máxima preocupación eran las niñas, en sus camas, justo en la parte posterior. Desde entonces cuando aparco siempre siempre, el lado posterior, el de las camas, contra un pared, muro o lo que sea, alejado de la calzada. Esa noche, que debíamos estar a unos 12 bajo cero, se acabó la bombona en uso, y para cambiar a la otra, tuve que salir, quitar el caperuzo e intentar ponerlo con las manos heladas en la otra bombona que no entraba ni de coña, no sé que pasaría.
Pues desde entonces, llevo instalada una "T" con dos mangueras y dos caperuzos. En cuanto se gasta una, abro un caperuzo, cierro el otro, y santas pascuas. Lo que pasé aquella noche no lo quise volver a vivir. Sé que hay algún sistema que abre y cierra por diferencial de presión, pero este es el que llevo yo, "amanuense".
