Es una ruta propia para hacer en verano, para poder bañarse en las frescas, limpias y verdes aguas del río. Algunas pozas superan los cuatro y cinco metros de profundidad.
Es lo más parecido al paraíso para cualquier amante de la naturaleza
Optamos por hacer la ruta en un día laboral para evitar la masificación que se produce en los fines de semana. Efectivamente fue un acierto. Aún así había gente e incluso extranjeros, algunos a través de empresas de turismo rural.
Esta ruta comienza en el famoso km. 27.8 de la carretera de la Cabra desde Padul a Almuñécar. En lugar de subir a pagar el peaje, seguimos río abajo por un carril en ascensión que bajaba otra vez al río en el Aserradero. Palacete de Cázulas y Otívar.
En verano el tramo a partir del puente de Hierro es caluroso, especialmente en las subidas. Se cruza el río y acequias donde remojarse en varias ocasiones.
Hay dos variantes: a Otívar y al Palacete de Cázulas. En Otívar, tiene una pendiente muy fuerte en subida desde el río. En el Palacete de Cázulas, se podría dejar el coche (no sé si alguna ley lo impide) y recorta más de 3km
Esta ruta a partir del puente de hierro tiene muchas indicaciones de prohibido el paso a peatones por ser finca particular, pero todas se encontraban al salir de la finca, nunca delante en dirección río abajo. Por lo tanto fuimos escrupulosos en el respeto a las normas.
Las fotos
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La ruta
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es.wikiloc.com]
Distancia recorrida: 19,26 kilómetros
Altitud min: 166 metros, max: 1.109 metros
Desnivel acum. subiendo: 1.070 metros, bajando: 1.862 metros
Grado de dificultad: Moderado
Tiempo: 10 horas 30 minutos
Los poyos del Pescado
El sendero está bien hecho, balizado, con barandas, aunque no es apropiado para personas que no estén ágiles, porque haya escalones para gigantes y terreno escurridizo en algunos tramos.
Es una maravilla el tramo que supera un “tranco”, casi una pared vertical, con un sendero bastante seguro.
Antes de llegar a la cascada, fuimos a ver la cueva, muy pequeña, más bien un abrigo, pero con sus estalactitas y estalagmitas, e incluso su charco de agua.
Cascada de los árboles petrificados. Antiguamente dejaban caer los árboles cortados río abajo. Algunos se quedaron atrapados y con el tiempo la solución calcárea del agua precipitó y convirtió a los árboles en piedras. Se llaman también travertinos.
Marina no pudo evitar mojarse los pies, pero los demás optamos por esperar a otras pozas, ya que era muy temprano.
En el camino nos encontramos con dos grupos de barranquistas. Estos estaban más preparados. No eran la primera vez que hacían este río. Algunos nos quedamos con las ganas de hacer barranquismo en otra ocasión.
Las cascadas de Funes. En época de lluvias es una gozada ver correr el agua por todo el cerro. Aún así, hay agua todavía, lo que sorprendió a algunos, dada la época del año. En general, siempre hay agua abundante en el río Verde, incluso en momentos de sequía, pero este año hay mucha más agua.
Tomamos contacto por primera vez con el río Verde, cruzando para toma la senda de ascenso.
Después de un rato de calor, aunque con vistas impresionantes de las montañas y del barranco, accedemos a la poza Central.
Esta poza y cascada es una gozada para todos los sentidos. Imposible no remojarse en este trozo de paraíso.
Aquí nos encontramos con otro grupo de barranquistas, haciendo un curso práctico de monitores de actividades en la natu
raleza.
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Nos lo volvimos a encontrar en otras pozas. De hecho llegamos antes que ellos.
Cruzamos este puente colgante, que a alguien gustó mucho y a otro no tanto.
En un recodo del río, encontramos este abrigo con estalactitas “curiosas” y una umbría muy agradable.
Llegamos al último puente colgante, el más largo, que nos lleva al mejor tramos de pozas, desgraciadamente muy concurrido en los fines de semana, al que se puede acceder fácilmente en coche, sin apenas esfuerzo.
Esta poza es una de las más profundas y la más solicitada para saltar desde alturas y lugares que quitan el hipo.
Buscamos una poza y un lugar tranquilo para comer y descansar, después de darnos un buen chapuzón.
Empiezan a llegar los barranquistas que nos encontramos al principio del río.
En este tramo nos damos cuenta de la fuerza de la naturaleza cuando se desata sin control. Es la junta de los ríos. Hace unos años ambos ríos venían con tanta agua y tan fuerte que se llevaron tierras y piedras socavando el terreno más de 5 metros de profundidad.
Para acceder al otro lado del río, hay que hacer un trepe y destrepe, además de malabarismos para no mojarse. En esto Salva resultó un experto.
El siguiente tramo, el río continuaba con menos agua debido a varias acequias que toman el agua en la junta de los ríos.
La pista es transitada por muchos vehículos y pocos senderistas. No obstante, merece la pena disfrutarla por las montañas tan abruptas y las formaciones calcáreas tan bellas. Afortunadamente, hay sombras y el camino se hace llevadero a pesar de la hora tan mala después de comer.
Una vez pasado el puente de hierro, optamos por el carril de la derecha. El de la izquierda, con su correspondiente cartel prohibitivo de la finca de Cázulas, lleva al peaje.
Ahora hace más calor, especialmente en la subida para evitar otro encajonamiento del rió. Por la izquierda, un senderista descubrió una acequia, pero los dueños de la finca han cerrado el acceso.
Volvemos a bajar al río por una pista en zigzag. El río todavía invita a un baño, pero estamos deseando regresar.
Después de pasar por un antiguo aserradero, subimos hasta el palacete de Cázulas, que, después me enteré, es una casa rural de ensueño y lujo. Podríamos haber dejado un coche aquí y terminar la ruta, pero no sabemos si está permitido.
El camino se desarrolla entre zonas de regadía y huertas con variedad de cultivos tropicales: chirimoyas, aguacates e incluso plátanos.
Divisamos Otívar y otra vez el río, donde tendremos que bajar otra vez.
Después de una dura subida con mucho calor, llegamos al pueblo.
Y esto es todo de un día largo y con muchas incidencias, de las que solo me quedo con las maravillosas sensaciones que provocan este maravilloso paraje.
Editado 1 vez/veces. Última edición el 13/08/2011 20:31 por Abelardo.
