Recibiendo el Otoño en Gredos
De todos es conocido el viejo dicho “nunca llueve a gusto de todos”, este pasado fin de semana supongo que mas de uno lo habrá tenido en mente.
En nuestro caso teníamos planteados tres días por Gredos para subir Torreón, Covacha y una visita al Castañar del Tiemblo.
Tuvimos que alterar los planes de hacer cumbre, aunque no los de disfrutar de la zona. Y digo disfrutar porque, a pesar de chaparrones y tormentas, eso es lo que hicimos.
Todo un espectáculo el incipiente, y tardío, otoño que se empieza a enseñorear de este lugar.
A continuación unas fotillos, resumen de lo que dio de si la escapada.
Primer día, Laguna del Duque y Arroyo Malillo.
De esta guisa nos recibía la Laguna del Duque, a las nueve de la mañana parecía que estaba apunto de anochecer.
Descartamos definitivamente la cumbre del Torreón, aunque decidimos subir todo lo que la meteorología nos permitiera.
A ratos lloviendo, aunque con una temperatura agradable vamos tomando altura entre prados y piedras muy resbaladizas.
La Laguna del Duque va menguando a nuestras espaldas..
El otoño empieza a dar muestra de su presencia.
Continuamos la marcha.
Deambulando entre arroyos, pastos y piedras.
Tomando conciencia de la verdadera magnitud de lo que nos rodea.
Buscando nuestro lugar en este caos naturalmente organizado.
Cautivados por las luces de un mundo atemporal.
Seguimos hasta que la tormenta se nos anuncia, volvemos la vista para contemplar lo andado y decidimos volver.
Regresamos cautivados por un universo de color.
Con las nubes vigilando nuestros pasos, como si de un pastor se tratase y nosotros su descarriado rebaño.
Mas colores, ...
... mas rincones, ...
... un espectáculo en cada alto en el camino.
Y aunque “nunca llueve a gusto de todos”, estamos felices por estar aquí.
El cielo se cierra tras nosotros y el agua aprieta, por hoy ha estado bien, mañana será otro día.
Segundo día, subida a la Laguna de Galín Gómez (Laguna del Barco)
Tras una noche de tormenta y aguaceros, el día amanece gris y lluvioso. Comenzamos la ruta sabiendo que hoy donde no llegaremos será a la Covacha.
Decidimos hacer el camino hasta la Laguna y “ver qué tal”. Al fondo la Azagaya y la Covacha.
A ratos escampa y aparece un tímido sol que juega con las volutas de nubes.
Es un trayecto agradable salpicado de bucólicos rincones...
... y alguna que otra sorpresa.
Gredos.
Remansos de paz y sosiego.
Un lugar donde no existe el tiempo, ...
... donde cada paso es un descubrimiento, ...
... y el agua pinta de luz los prados.
El día termina con un guiño de la madre naturaleza y nosotros contentos.
Tercer día, Castañar del Tiemblo.
Vuelve a amanecer lloviendo. Recogemos el equipaje y nos vamos a la otra punta de la Sierra, a el pueblo de el Tiemblo.
Queremos visitar su Castañar, confiamos en que esté vestido ya de otoño y no nos defrauda. Aún le falta unos días para estar en su apogeo, pero ya apunta maneras, la niebla y la lluvia colaboran en realzar la escena.
Colores.
Misterio.
Y un refugio que guarda una sorpresa en su interior,... contrastes.
Aunque sigue lloviendo, abandonamos nuestro cobijo a la busca de mas sorpresas.
Como críos jugamos con lo que nos rodea,...
... sintiéndonos protagonistas de un cuento ancestral, ...
... a la busca de secretos perdidos...
... y puertas a otros mundos.
Habitados por dragones ...
... y Ents.
Universos concentrados...
... vigilados por miradas arcanas.
¿Qué secretos se esconderán en sus profundidades?,
quizá no seamos los mas indicados para conocerlos,
quizá lo mejor sería que siguiéramos nuestro curso y dejemos este mundo a sus verdaderos habitantes.
Y “ma o meno” esto fue lo que dio de si el largo fin de semana o, al menos, lo que a mí me pareció.
Un saludo.