Pues aquí estamos de vuelta con tormentilla incluida, ¡QUE BIEN HUELE LA TIERRA MOJADA!.
Gracias
Kay , de momento prefiero seguir con mis rodillas que tengo “pensás” algunas cosillas para hacer.
Gracias
Miguel Angel, repito que no es mas que andar, uno lleva muchos años haciéndolo y es como las huchas, que vas metiendo kilómetros y al final cuando rompes el cerdito te encuentras con estos paseos.
Hola
Vison, pues si bajastes para siete lagunas seguro que nos cruzamos, una pena no haber coincidido. Por otro lado, estoy bastante azorado con los calificativos que estáis usando conmigo, sinceramente no creo que merezca ser considerado un “referente”, sólo soy un aficionado como puedas serlo tu o los demás, para referentes ya “vuelan” por ahí el Quico Soler, Corinne Favré, Kilian Jornet,Ricardo Megía, Agustí Roc, Dean Karnazes, Yolanda Santiuste, y el mío personal, el increíble Marco Olmo.
Gracias por los comentarios y espero que coincidimos en alguna.
¡Hombre, el
Doctor!, dónde andas, que no veo reportajes de tus aventuras con
Rita, se echan de menos. Gracias, un abrazo para ti y unas “topadas” para Rita.
Gracias
Kilimanjaro, espero que lo tuyo vaya mejorando, que algo tendrás que hacer antes de desempolvar las tablas, ¿no?.
Gracias
Aperez, totalmente de acuerdo respecto a lo de la vereda, es una señorita que requiere atención exclusiva, si no lo hacemos se encela y nos hace la vida imposible.
En cuanto a lo de mi cuerpo, te recomiendo que primero me conozcas personalmente, seguro que cambiarás de opinión rápidamente, que soy mu feo tío.
Gracias
Basurde, trataré de visitaros la próxima primavera, a ver si me lleváis a ver esos montes.
¡Vaya
Pelitre!, y a mi que me hacía ilusión acompañarte en tu reentre espectacular en el mundo de la montaña. Deprimío me dejas, se sepa. ¡Animo que ya queda menos!
Gracias
Bétula, el helicóptero ni mentarlo, como las bichas, que da un yuyu...
Hola
Teo, respecto a lo que me planteas, pues sinceramente no podría darte una respuesta que englobara a todos los que practicamos este tipo de actividad. Pienso que cada uno afronta la montaña de una manera diferente por su personalidad y circunstancias, por lo tanto lo mas que puedo es hablarte sobre mis circunstancias concretas.
Ante todo comentarte que no soy masoquista ni me atrae la idea de serlo, llevo saliendo al monte desde los catorce años de manera asidua y hoy, con cuarenta y cinco, esto se traduce en que cuento con un fondo que me permite realizar rutas de este tipo sin sufrir, lo que no quiere decir que no me canse, ojo. Para un recorrido de estos, me resulta mucho mas duro físicamente emplear dos o tres días cargado con una mochila de doce kilos, que realizarlo en un día con una mochila de tres (de los cuales la mayoría es agua que se irá consumiendo).
Por otro lado, a la hora de plantearme una ruta de éstas, no me limito a ir al campo a andar a la buena de dios. Una ruta empieza en casa unos días, semanas o incluso meses antes. Empiezo trabajando con mapas el posible recorrido, calculando tiempos, distancias, posibles alternativas e incluso, lo que considero muy importante, vías de escape en caso de tener que abortar la ruta por meteorología, por lesión o por una simple pájara. Todo esto supone ya una grata tarea que, literalmente, me absorbe. Una vez concretado el proyecto, una copia de él quedará en casa (vaya sólo o acompañado) por si surgiese algún problema.
Normalmente, suelo salir al campo con un grupo de amigos, las rutas que realizamos suelen ser de menor envergadura y las aprovechamos para investigar y conocer sitios nuevos. A la hora de realizar una ruta de fondo como la que describo en éste post, lo primordial para mi es llevar a cabo un recorrido de larga duración y a ser posibles con desnivel, para lo cual suelo seleccionar rutas que ya conozco por haberlas realizado con anterioridad íntegras o por sectores, evitando entrar en “berenjenales” innecesarios. Si por circunstancias se da el caso de realizar la ruta en solitario suelo ser más estricto a la hora del diseño del recorrido, eliminando del mismo cualquier tipo de trepada o paso comprometido que necesitase aseguramiento por parte de otra persona. Y por supuesto, ni sólo ni acompañado, emprendería actividades de este tipo en condiciones atmosféricas desfavorables, sin portar el material o equipo necesario, o si las exigencias técnicas o físicas superan mi nivel o el del componente del grupo menos cualificado.
En cuanto a hacerlo en solitario, personalmente siempre prefiero hacer las actividades en compañía, me resulta mucho más gratificante. El problema es que cuando las rutas pasan de un determinado “peso”, resulta bastante complicado encontrar compañeros, supongo que a eso se refiere el mito ese de “la soledad del corredor de fondo”. En cualquier caso, el no encontrar compañía para la ruta no me supone problema a la hora de seguir con los planes previstos, aumento todo lo posible las medidas de seguridad y tiro para adelante. Por supuesto que esto, como bien comentas, implica un mayor “riesgo” que, tanto por mi familia como por mi mismo o por los posibles terceros que pudiera implicar, soy el más interesado en minimizar. Mi concepción del montañismo es la de una actividad en la que lo que prima es la seguridad por encima de todo y el volver a casa es la meta. Si durante la marcha noto que la cosa me supera, no tengo ningún problema en darla por finalizada y tirar para abajo, ya habrá otro día y mejores circunstancias, que pese a lo que por aquí se comenta, ni soy supernada ni tengo ningún interés en serlo. Lo importante es saber reconocer nuestros límites, aceptarlos, aprender de nuestros errores y de lo que la experiencia de los compañeros nos va descubriendo. Como bien comenta Basurde, nadie es experto, pero todos podemos aportar algo.
En cuanto a las razones de carácter psicológico, pues no se que decirte Teo, no estoy muy ducho en el tema, podría ser una necesidad de cariño, de reafirmación sexual, de superación de un trauma infantil o el aflorar de una memoria colectiva y arcaica de especie nómada, que diría Jung si fuera forero, quizá después de todo, al final, no sea mas que una cuestión química, por aquello de las endorfinas y demás hormonas. La verdad que por mucho que se empeñen los psicólogos en reducirnos a paradigmas de comportamiento, me resulta muy difícil el simplificar la vida y las circunstancias que rodean a cada ser humano hasta ese punto. En realidad tampoco me preocupa mucho este aspecto de la cuestión, para mi esto no es mas que una manera de enfocar la montaña que me produce muy gratas experiencias y, mientras no altere el ecosistema ni moleste a otros usuarios, creo que tiene tanto derecho a existir como otras. Llámalo si quieres reto, desafío personal o épica, yo lo mejor que he encontrado para definir esta disposición a las largas distancias es un proverbio vasco que leí una vez, dice así:
NON GOGOA, HAN ZANGOA, que si Basurde no me corrige, viene a significar más o menos “ Hacia donde se encamine tu corazón, allá se dirigirán tus pasos”.
Gracias
Lavane, pienso que quizá me he equivocado a la hora de plantear el reportaje y he transmitido una idea falsa de la ruta, como si de una actividad al límite se tratara, nada mas lejos de la realidad. Como comento a Teo, suelo preparar a conciencia los pateos y, salvo imprevistos, no soy dado a sobrepasar mis límites. Indiscutiblemente uno llega con cansancio acumulado, pero siempre es bueno tener una dosis de energía guardada en la recámara. En este caso porque tenía que volver a Sevilla ,por ejemplo, pero también por propia seguridad, nunca sabemos qué puede pasar por ahí arriba. Pero qué te voy a contar, supongo que de estos temas estarás bastante informada.
Muchas gracias
Victor, por favor tutéame, que se dice. Supongo que si las buscamos muy en el fondo alguna razón encontraremos, cada uno la suya. Lo que ya no estoy tan seguro es si realmente merece la pena el plantearse esta búsqueda o simplemente limitarnos a disfrutar con lo que hacemos.
Gracias
Chustafree, totalmente de acuerdo, los límites del cuerpo humano son bastante elásticos, y a poco que se trabajen se expanden hasta cotas increíbles.
Estoy contigo
Boticario, para “trabajar” los límites, uno primero debe conocer dónde está el suyo y ser consecuente, si esto no se acepta pasas a ser un peligroso imprudente. A partir de aquí progresar con sensatez y paulatinamente. Pienso que todo en la vida, por lo general, es cuestión de tiempo, constancia y paciencia.
Un saludo a tod@s.