Llevo muuucho tiempo por aquí, parasitando

de vuestro derroche de conocimientos, genialidades y buen rollo. Por fin mi débil conciencia


se ha rebelado y no me deja seguir abusando sin aportar “algo” a tan altruista foro

.
La ruta no es precisamente una “apertura”

. Los “
máquinas” la usáis muchísimo como aproximación inevitable y “pesada” (“
a la vuelta parece que no se acaba”

) a esos lugares y actividades que a los comunes nos están vedados

. Yo creo que se merece homenajes “per se”, sobre todo en primavera y otoño

. Aunque se vuelva por el mismo camino, es una excursión REDONDA para “
pisapraos”: la distancia (20 km, ida y vuelta), la pendiente (300 m, de 1170 a 1470) suave, sin apenas sobresaltos, la fauna y la flora, muy variadas (para tan poco desnivel), la abundancia de agua, el relieve en general y los “telones de fondo” en particular de los principales valles

; en resumen 5 horas de caminata más las paradas discrecionales de puro deleite para todos los sentidos (acordaros de la magistral lección de Salino: “
las personas sencillas se caracterizan por su capacidad de disfrutar con cosas sencillas”,… o algo así

). Nosotros empleamos 10 horas y os juro que no doy ni un segundo por perdido.
El empujón definitivo me lo dá el recuerdo del magnífico reportaje de Bauer

(2 de Mayo) al constatar la inundación de VERDES que han provocado el deshielo y el calor en apenas 2 semanas

.
Si queréis acompañarnos, nosotros, Puri y Antonio, ponemos la parte visual y vosotros la imaginación (la brisa, el sonido del agua, el de los pájaros, el olor de la hierba fresquísima,… y a los mosquitos “porculeros” que les den por ahí

(no hay nada perfecto, por más que Salino, Alcazaba, Heidi, etc., nos hagan dudar tan a menudo

).
Tras el primer repecho, que casi no se nota por la majestuosidad del bosque húmedo que atraviesa, nos ponemos a llanear por esta especie de jardín lujurioso de todas las gamas de verdes.
A la media horita de placer saludamos al “abuelo”

que sigue en su recodo, afortunadamente, con envidiable salud.
Por momentos, el verde le gana a la nieve y hasta casi al azul del cielo.
Es la PRIMAVERA

, que altera hasta a los que no tienen sangre en las venas.

El camino limpio, sin ni siquiera piedras en muchos tramos, ni… ¡sorpresa!, “tortas” de vaca

(¿alguien sabe que ha sido de las simpáticas vaquitas que pululaban por aquí?).
Primera hora de viaje (¡cómo pasa el tiempo!). Otra unión: Genil-Vadillo
Viajeros con destino Vadillo, Cucaracha, Calvario, Piedra partida,… abandonen por la izquierda.

(Parece que ha tomado impulso el cuidado y balizamiento de senderos).
El pobre refugio-ruina del Vadillo

, en un lugar privilegiado, con su puente del Burro y todo.
…Y de pronto,… doblas una esquina,… y te das de bruces con esta estampa:
(Bueno, algunos días, la chica no está

; otros dias no está la nieve o las hojas de los árboles

,… pero siempre se escapa una exclamación, porque SIEMPRE están esos muros de piedra con los que tantas noches soñamos sobrecogidos

). Y no sé como se las arreglan que, sobre todo la dama, por mas vueltas y revueltas, lomas y barrancos que pase el camino ya no se esconden.
La Vereda de la Estrella (por si alguien no lo sabe

) acompaña al rio Genil desde su unión con el barranco de San Juan (en realidad, desde más abajo, pero esta es la “salida” normal) hasta su nacimiento como tal en la unión del rio Guarnón con el Real, y después a éste hasta su nacimiento de la unión de otros tres Valdeinfiernos, Valdecasillas y barranco de Lucía; a lo largo del recorrido se encuentran las ruinas de las minas la Probadora, la Estrella, Doña Berta y la Justicia, que fueron la causa de su existencia. Lo hace siempre a una cierta altura, sin sobrepasar los 100 m, por valles muy angostos.
Dicen que “
lo bueno, si breve, dos veces bueno”,…

No sé. A mí me encanta saber y redescubrir cada vez, que detrás de cada loma, de cada escarpe habrá otro barranco,… y otro, y otro,… parecidos, pero nunca iguales.
A veces, tanta belleza te puede hacer olvidar que caminas al borde de un precipicio.
Buenos lugares para una emboscada.
Pero estos “bandidos” son un encanto y no te dejan caer ni un pedrusco.
¿A quién se le ocurre pasar por aquí una vereda?,…
…y ¿a quién se le ocurre plantar aquí unas encinas?,…
no todo es alegría

. Esta pizarra recuerda al infortunado Rafa, un chaval que cayó con el caballo que montaba hasta el rio,…
Esa loma tan “llanita”

, sí la que acompaña a la derecha a l@s dos pesad@s de siempre, es la loma del Lanchar,… (¡cómo engaña la perspectiva!, ¿eh, Viejolobo?

)
En los continuos enfundar-desenfundar de cámara, piensa uno: “
ésta foto ya la tengo”…
…pero, ¿y este encuadre?...
…Dos bellezas superpuestas,…
Y, claro, con tanta crestita por aquí, barranquito por allí, tenía que llegar un barrancote

: el rio Guarnón, el sumidero del tremendo “patio-corral” del tremendo Veleta.
¿Hay alguien por ahí?... Seguro que sí (mañana veremos en el Foro).
Sí. El rio sigue por ahí abajo (aunque ahora se llama Real). De vez en cuando nos lo recuerda estruendósamente.
La vegetación, muy variada desde el comienzo, ha ido menguando poquito a poco; lo que, junto al calor del mediodía, propio de verano, hace que este lugar nos parezca un oasis en medio del paraíso:
Este rio ya no se llama Genil, ni Real; es el Valdecasillas y, casualmente, al levantar la vista nos encontramos con esta montañita tan esquiva a las fotografías

(me recuerda a su homónima y compañera de foro

, a la que por cierto, ahora que no nos lee


, os diré que tuve el privilegio de conocer levemente por estos andurriales y os juro por Tutatis que sería muy difícil encontrar alguien con tantos merecimientos para llevar ese nombre

).
Y, como no habíamos venido a sufrir

, hicimos lo más sencillo: caer en la tentación. Disfrutamos todos los “lujos” que ofrecía este lugar: la sombra, la hierba fresquita, el agua fresquísima,… Bueno, también algún pincho y alguna mosca que nos recordaban que somos mortales, aunque estemos en el paraíso.
Tan a gusto se estaba



que ni siquiera nos acercamos unos metros más arriba a disfrutar de la preciosa cascada del Valdecasillas (sin duda merece la pena, y probablemente muchos la desconozcan

por estar escondida, aunque muy, muy cerca).
Para esta visita y para la vuelta por el precioso sendero que desde aquí asciende por la orilla derecha hasta el refugio de la Cucaracha, es tremendamente útil este nuevo puente, que cruza el Real justo en el Barranco de Lucía:
Sin embargo, se echa en falta otro que cruce el Valdeinfiernos o el Valdecasillas para los numerosos transeúntes que se dirigen hacia el Collado de las Víboras.
Así que con el cuerpo plenamente recuperado y el alma emocionada pero ansiosa de más emociones (no tenemos arreglo) nos decidimos a acompañar al rio en su viaje hacia la civilización.
Con las luces y sombras de la tarde nos despedimos (ilusos

) de estos dos,
...¡Hasta otra, Rey!
…¡Hasta otra, Reina!
Muy bonitas las cascadas del barranco del Aceral en su vertiginosa caída.
Pero,… ¡ojo!

, que hay otras “cositas”, también bonitas pero peligrosas:
…Creo que es una viborilla, ¿qué opináis?:
Cruzamos el puente del Guarnón detrás de este caballero que, amablemente, posó para nosotros al llegar a la otra orilla:
El desteñido delantero, ¿será cosa de la edad?:
Y ya que estamos por el barrio de los reptiles, saludemos a esta otra parejita enamorada:
Impresionante la cantidad de hermosísimas lagartijas que se ven por todo el camino (aún así, yo diría que sobran mosquitos

), pero ésta nos llamó la atención por sus colores:
El pequeeeeeño saltamontes es más discreto, pero también tiene arte
Si miras atrás, te juro que volverás a sacar la cámara, una vez
…y otra…
…y otra…
Intentamos poner un montón de árboles de por medio:
… Imposible.
A veces, te puedes encontrar el camino ocupado,
… pero suele ser “gente” amable que no duda en cederte el paso
Cada uno se divierte como puede…
… a mí me encanta hacer fotos (no sé si lo habréis notado

)
Pero,

recordad siempre que hasta un caminito tan inocente cono éste, tiene sus peligros. En muchos lugares se ha robado el espacio a la roca y ésta lucha, con ayuda del agua y las inclemencias, para tratar de recuperar su aspecto natural
Y, con estos pensamientos, y el alma profundamente enamorada, REDONDEAMOS

la excursión, a las 8 de la tarde con las cervecitas y la ensalada (¡sí, más verde!) “de concurso” que nos sirve amablemente el Sr. Jurado en el bonito ventorrillo del San Juan (que por cierto está en venta), primero de los muchos puntos de “HIDRATACION” (imprescindible para conservar la salud, ¿verdad, Dipupi?

) que encontraremos rio abajo.
¡Gracias!, por aguantar el tostón,… y por ser como sois.