Son tres pistas de la estación, concretamente la de Sarrios, Anayet y el Río, que suman casi 9 kilómetros. Su función es básicamente la de aumentar la seguridad de los esquiadores más pequeños, y de las familias que prefieren estar en una pista donde se controla la velocidad de los esquiadores, para evitar algún atropello indeseado.
Estas zonas se encuentran marcadas con banderas a lo largo de todo su recorrido. De esta manera, los esquiadores puede observar que en esas pistas la velocidad está controlada, puesto que además, personal de la estación y de la Escuela Española de Esquí vigilan que todo el mundo respete esas zonas de la estación.
Por este motivo, los trabajadores y monitores van provistos de un silbato para apercibir a aquellos que no lo cumplan, y pasen a mucha velocidad. Desde la estación de Formigal, su director Antonio Gericó, ha indicado que estas zonas son específicamente para familias o debutantes “que quieran esquiar tranquilos, sin los sobresaltos de otros esquiadores que puedan acceder a más velocidad”. “Para éstos últimos, hay otras pistas en las que pueden esquiar a mayor velocidad”. Así mismo explicó que “están indicadas con paneles explicativos que indican cómo hay que acceder a ellas, además de pancartas que advierten que hay que ir despacio. Nosotros mismos tratamos de indicar a los que no lo cumplen, que no se puede poner en peligro la seguridad de los que están ahí.”
“Cuídame, soy Chiquitin”
Por otra parte, la estación del Valle de Tena comienza en esta temporada una nueva iniciativa de seguridad y control para los más chiquitines.
A la entrega de los forfaits infantiles para niños de hasta de 5 años, se les proporcionará, mediante una fianza que se devuelve al terminar los días de esquí, un dorsal con el forfait integrado, donde se avisa de la importancia y el respeto por los mas pequeños. En ellos se podrá leer “Cuídame” “Atención, soy chiquitín”.
De esta manera, la estación de Formigal quiere proteger a los más pequeños y aumentar las medidas de seguridad entre ellos.