Después de tan solo dos semanas de apertura para el esquí de verano, los responsables de la estación de esquí de Tignes se han visto obligados a cerrar las instalaciones para esquiadores y snowboarders del glaciar de la Grande Motte. Las condiciones no permitían trabajar con seguridad.
El glaciar de la Grande Motte de Tignes abrió su temporada de esquí de verano el pasado viernes 17 de junio. En aquel momento ya se vio que las condiciones eran muy justas, y que si no cambiaba la situación meteorológica hacia un 'mal verano' que trajese alguna nevada o al menos bajas temperaturas, no podría aguantar mucho tiempo abriendo a los esquiadores.
Es la temporada de esquí de verano más corta de la Grande Motte de Tignes. Su vecino glaciar de Pisaillas en Val d'Isère ni siquiera ha lleado a abrir, después de que una combinación letal de pocas nevadas en invierno y unas temperaturas inusualmente altas en primavera, no permitiera garantizar una larga campaña de verano.
La situación es extensible a casi todos los glaciares de los Alpes. Esta semana salía a la luz un video en que los miembros de un ski-club estaban esquiando sobre verdaderos ríos de agua en el Passo Stelvio. Los responsables del Molltaler Gletscher también anunciaron que no abrían este verano, aunque no dieron las razones.
La predicción meteorológica para los Alpes de estos días tampoco preven un cambio de la situación.
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Los técnicos del glaciar de Tignes habían logrado acondicionar algunas pistas