Dado el tamaño de sus instalaciones, solo que se abriera a esquiadores de la provincia de Girona hubiera podido hacer unos números aceptables. Lamentablemente se ha tirado casi toda la temporada, no ya solo con un confinamiento municipal que solo permitía esquiar a los empadronados en el pequeño pueblo de Setcases (170 habitantes), sino que durante semanas, algunas tan importantes como las de Navidad, se ha impedido que nadie pudiese entrar a la comarca del Ripollés, ya que un incremento de contagios por COVID obligó a cerrarla al resto de ciudadanos.
La ampliación de movimientos a límite comarcal (25.700 hab en Ripolllés) hace unos días ha supuesto un balón de oxígeno para Vallter 2000 A esto se ha sumado las 'semanas blancas' escolares. En una entrevista al Ripollesdigital.cat, el Director de la estación, Enric Serra, comentaba que
«Todo el mundo tenía muchas ganas, las escuelas de esquí también han iniciado cursos de niños para la gente de la comarca, con una buena aceptación. Tenemos que estar contentos. Venimos de una Navidad y un enero un poco complicado, aguantando y ahora empezamos a ver la luz; esperamos que sea una buena noticia y que continúe lo que resta de temporada»
Que lleguen esquiadores a Vallter 2000 provoca un efecto onda en el resto de negocios de su área de influencia. Quien más lo esperan son los restaurantes. La tendencia en los datos de contagios hace ser optimistas tanto a este sector como otros en otras poblaciones, como la capital de comarca, Camprodón, donde muchos de los clientes de Vallter 2000 acaban su jornada de esquí.