Al parecer el navegador le indicó que debí ir por esa ruta. El hombre vio un cartel de carretera cortada, pero la fe ciega en el GPS del coche le hizo hacer caso omiso y continuar por la ruta. Y es que esa carretera en invierno se convierte en pista de esquí, por donde el hombre subió durante nada menos que kilómetro y medio. Hasta que se quedó parado por la nieve y llamó a la policía.
Como las condiciones eran complicadas por las bajas temperaturas y lo resbaladizo del terreno podía hacer que el coche cayese pista abajo, se prefirió asegurar el perímetro y realizar las operaciones de rescate en cuanto se levantase el día, asegurando primero el vehículo para que no se fuese. Al conductor y los pasajeros los tuvieron que bajar al valle en un snowcat.
Al día siguiente, y ante la sorpresa de los esquiadores que estos días pasan las vacaciones en la estación austriaca, un equipo de bomberos sacaron e cochecon la ayuda de una máquina pisapista. En los trabajos se han involucrado 20 bomberos y 4 vehículos.