Llegaron para quedarse, y cada vez son más y mejores. El uso de drones para uso civil, sobretodo en el ámbito recreativo estaba hasta ahora en un limbo legal que les dejaba al amparo de la interpretación que cada Ayuntamiento daba a la hasta ahora Ley sobre estos aparatos, que en pocas palabras, era prácticamente inexistente.
Ante la cada vez mas popularización, y antes de que veamos sobrevolar por nuestras cabezas cientos de estos aparatos sin ningún tipo de control, al menos de quienes lo manejan, el Gobierno español se ha decidido a lanzar una regulación establece los requisitos necesarios para que el uso del dron sea seguro, en todo lo que implica tanto al vehículo, como al piloto y a la comunicación entre ambos.
Así lo explicó hace unos días la Ministra de Fomento Ana Pastor, a partir de ahora se especifican las características que deben tener estos aviones sin piloto, así como la formación que debe poseer la persona que los maneja desde tierra y las condiciones en las que se pueden utilizar. El nuevo reglamento define además las esperadas categorías o tipos de drones, y los clasifica en función de su peso determinado.
En resumidas cuentas, la regulación distingue entre drones de menos de 2 kilos, drones de hasta 25 kilos y aeronaves con peso superior a 25 kilos, y básicamente permite usar los drones en vuelos de investigación y desarrollo, extinción de incendios, filmación y actividades de vigilancia, publicidad aérea y operaciones de emergencia, así como búsqueda y salvamento.
Para manejar un dron, se deberá tener un carnet de piloto, pero actualmente no existen academias en España que hagan cursos de este tipo. Tampoco está claro quien deberá estar en posesión de este carnet. Aunque la Ley deberá matizarse, se espera que los propietarios de drones de menos de 2kilos no tengan que hacer ningún curso. Probablemente tampoco los de hasta 25 kilos.
También se ha especificado su radio de acción. Tal como pasa en otros países de Europa, estará prohibido su uso en las ciudades para todos los aparatos de mas de 2 kilos, a menos que el Parlamento de la Comunidad Europea saque una regulación para todos los países.
Básicamente se ha dejado el uso de drones para vuelos de investigación y desarrollo, extinción de incendios, filmación y actividades de vigilancia, publicidad aérea y operaciones de emergencia, así como búsqueda y salvamento. Se prohíbe su uso en manifestaciones y conciertos, dos ámbitos en los que el Gobierno estaba especialmente interesado, el primero de ellos por las actuaciones policiales contra manifestantes que estaban siendo grabadas, y en el segundo caso para proteger los derechos de reproducción musical. También se prohíbe su uso en parques y playas, y por tanto se supone que por tanto se hace extensible a estaciones de esquí.
Aunque la Ley ha traído polémica por la prohibición de su uso en algunos lugares, la realidad es que la llegada de estos aparatos a cada vez mas personas al bajar los precios y aumentar sus autonomías y prestaciones, ha hecho que el manejo se haga por parte de personas sin experiencia. El pasado 3 de Julio, en la celebración del Endure Batavia Triathlon, en Geraldton, una ciudad en el oeste australiano a unos 420 km de Perth, un dron que filmaba la carrera se desplomó desde una altura de 10 metros impactando a una corredora a la que produjo heridas en la cabeza. La deportista, con el pelo lleno de sangre, tuvo que parar la carrera y según relató ella misma, a punto estuvo de desmayarse. El piloto del dron era un aficionado que se ofreció a filmar el encuentro, pero no demostró haber adquirido conocimientos del manejo. Según dijo a otro periódico australiano, alguien le hackeó el dron impdiendo que se pudiera comunicar con su mando.
Puede parecer una anécdota, pero la noticia es un reflejo de uno de los problemas que podríamos empezar a ver cada vez más: drones cayéndose en mitad de una pista de esquí, una manifestación, o en cualquier lugar transitado de una ciudad, bien por problemas técnicos o de otro tipo. La tecnología está todavía naciendo y es inestable y aún no hay una regulación clara sobre cómo usar estos aparatos en espacios públicos. Ambos factores unidos van a dar mucho que hablar...