Fueron alrededor de una cincuentena de trabajadores de Saetde, divididos en siete grupos, los que se convirtieron por un día en basureros de pistas. También había personal de oficina, ya que se quiso tratar la jornada de limpieza como un encuentro empresarial. Pero nada de actividades de ocio o de barbacoas, un encuentro empresarial de trabajo. Equipados con una bolsa de basura cada uno, y escoltados por los 4x4, los trabajadores se pasaron la mañana y buena parte de la tarde sacando basura de la zona que va del Pas de la Casa hasta el Funicamp.
Tal y como explicó Philippe Borel, director técnico de Grandvalira-Saetde, retiraron de todo: botellas de plástico y latas de bebida sobre todo, pero también cristales, hierro de obra y maderas, como una mesa, y otros elementos curiosos como un zapato. Borrel explicó que en las pistas encuentran sobre todo basura doméstica (restos de productos de comida o plásticos, por ejemplo) y es en las zonas más cercanas a la carretera donde salen las principales sorpresas, como el zapato o la mesa.
Esta actividad hace dos años que se organiza en Saetde, y teniendo en cuenta la cantidad de basura que se recoge, Borel no descarta realizarla más de una vez por verano. Los resultados son embellecedores: «Se nota muchísimo, se ve una montaña más saneada», aseguró el director técnico.
Los próximos días se seguirá trabajando para limpiar toda la zona de pistas. Y es que en nada volverán las nevadas y todo quedará oculto. La temporada está cerca. Y la basura, desde ayer, lejos del blanco de la nieve.
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