Un alud es uno de los fenómenos más peligrosos que puede sorprender a los excursionistas que hacen rutas en la montaña. Para poner a prueba los dispositivos que tienen a su antes los Grupos de Rescate de Actuaciones Especiales (GRAE) de los Bomberos, se ha organizado un simulacro en las pistas de esquí de Vallter 2000, en Setcases, donde se ha simulado una avalancha que deja atrapados cinco excursionistas.
Es un sexto integrante del grupo lo que consigue escapar y da el aviso a los Bomberos de donde ha sucedido la avalancha y de los compañeros que han quedado atrapados. En pocos minutos, los primeros efectivos llegan a la zona de los hechos y rodean la zona de peligro. Es en el momento de localizar los cuerpos atrapados en la nieve del resto de los excursionistas cuando los dispositivos electrónicos son muy importantes.
El responsable de la unidad de intervención del simulacro, Jordi Martí, ha explicado que los Bomberos tienen dos dispositivos para encontrar cuerpos enterrados por la nieve. Por un lado, los efectivos usan el Aparato de Búsqueda de Víctimas de Alud (ARVA). Se trata de un dispositivo electrónico emisor-receptor de señales de radio y que, si los esquiadores o excursionistas llevan sujeto al pecho, permite a los bomberos detectar dónde han quedado atrapados.
Los Bomberos tienen aún otro aparato electrónico que les puede ayudar a encontrar los cuerpos desaparecidos en la nieve. Se trata del RECCO, un sistema de rescate que también deben llevar encima los excursionistas. Son una especie de pastillas que suelen llevar incorporados botas o anoraks de montaña y que rebotan las ondas del aparato emisor que llevan los Bomberos. Esto les permite saber el punto donde hay un cuerpo enterrado por la nieve. Martí ha destacado que es muy importante que la gente que sale a hacer prácticas en la montaña vaya equipada con alguno de estos aparatos.
"Los primeros minutos son muy importantes, si los mismos compañeros los pueden encontrar gracias a estos aparatos, mejor".
En el caso de este simulacro, tres de los excursionistas llevaban estos aparatos y han podido ser rescatados pocos minutos después de la supuesta avalancha y han recibido la atención médica de urgencia al lugar de los hechos.
El rastro del olor, básico para los perros
El rescate se complica cuando los excursionistas no llevan ninguno de estos dos aparatos electrónicos. En el cuerpo de Bomberos de Cataluña hay actualmente 12 guías caninos que han adiestrado los perros para que les ayuden a encontrar víctimas en casos, por ejemplo, de aludes, desapariciones o derrumbamientos.
La intervención de estos perros es esencial cuando se trata de saber si hay más cuerpos bajo la nieve. A través de la exhalación y el olor que emana del cuerpo de los excursionistas enterrados, el perro es capaz de detectar el punto exacto donde se encuentran. Para este simulacro, los Bomberos han enterrado un compañero bajo la nieve para poner a prueba el olfato de uno de los perros de la unidad canina. Pocos instantes después de llegar a la zona del alud, el perro huele el entorno y se detiene en un punto donde comienza a ladrar y desenterrar con las patas.
Efectivos del GRAE se desplazan y, efectivamente, comprueban que se ve un trozo de ropa y que hay una víctima atrapada. "El perro busca una fuente constante de olor y cuando la encuentra avisa a su guía", manifestó el responsable del grupo canino de búsqueda, Luis Domingo.
En este momento, los efectivos de los bomberos, acompañados de un sanitario del mismo cuerpo, se desplazan al lugar que les ha marcado el perro y comienzan la operación para desenterrar el excursionista. Una vez la han podido rescatar, lo desplazan en una camilla hasta la zona segura donde el enfermero hace la primera revisión médica.
Otro elemento que utilizan los Bomberos son las sondas, una especie de palos alargados y delgados que hunden en la nieve y que, en caso de toparse con algún cuerpo, los alerta de que bajo la nieve hay algo. Gracias a estas sondas, los Bomebers localizan el quinto excursionista que, en el caso del simulacro, habría muerto. "El perro no lo ha detectado para que un cuerpo sin vida no emana tanta olor", explica Domingo.
Riesgo de aludes si nieva
A pesar de hace semanas que no nieva en el Pirineo gerundense, el responsable del simulacro, Jordi Martí, ha explicado que si en los próximos días cae una nevada importante aumentaría el riesgo de aludes. Las bajas temperaturas de los últimos días ha hecho que la nieve que hay se hiele y, por ello, si cayera nieve nueva podría no cohesionar bien con las placas de hielo y desprenderse. El viento también es un factor que puede contribuir a generar una avalancha.
Por ello, los Bomberos insisten en la importancia de consultar el Boletín de peligro de aludes para saber el grado de riesgo y también consultar qué tiempo hará. "Tenemos que estar seguro de que durante la excursión no nos pillará un cambio de tiempo", manifestó Martí que también recomienda a los excursionistas que elijan un itinerario "seguro" y consulten el tiempo que ha hecho los días anteriores a su salida.
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