Cetursa gastó 800.000 euros en indemnizar a altos cargos
En aquel momento, no rodó ninguna cabeza. La investigación se cerró aludiendo a la fatiga del material como origen último del siniestro. Cuatro meses después del suceso, era defenestrado el director general de Cetursa, Mariano Gutiérrez Terrón, que fue sustituido por la exconsejera de Justicia de la Junta, María José López.
López llegó con la firme intención de renovar la cúpula de la empresa pública sobre la que aún pesaba la sombra del accidente. Fuentes de la estación invernal consultadas por ABC señalan que en la última etapa de Timmermans las revisiones de remontes que, en temporada, se tenían que ejecutar cada mañana y cada noche, se relajaron. Ya había habido un accidente en el remonte del Veleta años antes, pero además había parones muchos días en los telesillas con las dificultades que ello suponía para los accesos a pistas. En una estación que tiene que funcionar a la perfección para poder competir con las más extensas del norte de España, eso era inasumible.
Así que Timmermans fue el primero en caer y en su lugar se contrató a Alejandro Madrid que había estado vinculado a la empresa Doppelmayr, una de las principales fabricantes de remontes en el ámbito internacional. Tras el suceso de finales de invierno de 2009, la empresa, que también era la fabricante del telesilla que se rompió, se apresuró a decir que en el resto de Europa funcionaban bien.
La negociación de la salida del director técnico vinculado durante años a Cetursa tuvo un precio: 166.274 euros, según información recogida en el Boletín Oficial del Parlamento de Andalucía. No fue el único al que le tocó irse. También lo hicieron el director financiero que fue indemnizado con 193.696 euros, y el de recursos humanos, un hombre muy cercano a Gutiérrez Terrón vía PSOE, quien recibió una paga de 85.644 euros por «reorganización de actividad».
Mención aparte merece el caso del jefe del departamento, indemnizado con una cuantía de 243.563 euros. El responsable de mantenimiento de la urbanización de Pradollano era conocido en Sierra Nevada por su confusión de los límites entre lo público y lo privado. Las mañanas en que había tanta nieve que no se podía ni caminar, lo primero que pedía a los operarios era que despejaran los accesos a su casa en Güéjar Sierra. Después ya podían continuar por la urbanización. En la construcción de esa casa incluso participaron operarios que trabajaban para la estación de esquí.
Otro alto cargo que salió del organigrama de Cetursa, aunque a éste no hubo que pagarle, fue el jefe de pistas (Canito). Y no hubo que pagarle porque hubo donde recolocarle. Es el responsable de la reestructuración de la estación de esquí de fondo de La Ragua.