Sin embargo, la peripecia humana de estos pioneros del esquí fue aún mayor que la deportiva. La familia del asturiano Jesús Suarez (que fue el abanderado español, con los colores de la República, naturalmente) regentaba un hotel en el puerto de Pajares y está detrás de la creación de la estación de esquí hoy denominada Valgrande-Pajares.
Tras la Guerra Civil, Margot Moles quedó inhabilitada por motivos políticos. Era sobrina de Juan Moles Ormella, decano del Colegio de Abogados de Barcelona, gobernador civil de la capital catalana en 1932, alto comisario en Marruecos (1933), gobernador general de Catalunya (1936) y ministro de la Gobernación del Frente Popular entre mayo y julio del 36. Falleció en el exilio mexicano. El padre de Margot, Enrique, fue catedrático de Química Orgánica de la Universidad de Madrid y miembro de la Real Academia de las Ciencias. Se exilió a Francia y a su regreso, a pesar de que estaba considerado el químico más relevante de la ciencia española anterior a la Guerra Civil, no fue readmitido en su cátedra y subsistió trabajando en el instituto Ibys.
Peor suerte corrió el marido de Margot Moles, el también esquiador Manuel Pina. Según explica Julián García Candau en El deporte en la Guerra Civil, "cuando acabó la guerra otro esquiador, Luis Cuñat, que había sido pretendiente de Margot sin éxito, denunció a Pina como autor de un asesinato". Pina y Cuñat formaron parte del Batallón Alpino, destinado en la sierra madrileña, en el que se integraron esquiadores y montañeros. La acusación contra Pina surge de la captura de un supuesto cabrero que en realidad era un espía de los sublevados. Lo fusilaron y se atribuyó a Pina que le diera "un tiro de gracia innecesario".
Tras la denuncia fue juzgado y fusilado, el 17 de enero de 1942. Su cuñada, Josefina Calandre, relata en la citada obra:
"En la cárcel, Pina le dijo a Margot, que acababa de tener a su hija, lo siguiente ´Dile que su padre no fue un criminal´. Margot tuvo permiso para poder recoger el cadáver. Sobrevivió en Madrid haciendo trajes de punto".
Sobre los enfrentamientos de la Guerra Civil entre esquiadores situados en ambos bandos circulan numerosas historias, algunas tristemente ciertas. En el bando franquista se formó la compañía de Esquiadores del V Cuerpo del ejército, de la que formó parte Jesús Suárez.El bando republicano contaba también con el Regiment Pirinenc nº1, con presencia destacada de miembros del Centre Excursionista de Catalunya. Entre estos, el esquiador catalán Ernest Mullor, que no fue seleccionado para los Juegos del 36 de forma incomprensible. Herido de bala cerca de Panticosa, según explica Chuán Orús en Olimpia, revista del Comité Olímpico Español (diciembre 2009), Mullor
"culpó a sus antiguos rivales en las pistas de esquí de ser los causantes voluntarios de su herida de bala en el costado derecho, en vindicación de antiguas disputas deportivas".
Vivió para contarlo, no así Oriol Canals, quien perdió la vida en la guerra.Fuente: