El Ayuntamiento del Escorial alegó en el recurso que el menor obró con manifiesta imprudencia, se colocó en una situación de riesgo, que derivó en el accidente. Además, sostuvo que el chico mintió a los monitores que acompañaban al grupo sobre sus condiciones de esquí.
La Sala sostiene que debe atribuirse el accidente, que se produjo en diciembre de 2003, al negligente cuidado de los adultos a quienes se había encomendado su custodia por la deficiente organización de la actividad de esquí.
El fallo recoge que,
Debió confeccionar un listado de los niños que se entregaban a los profesores de esquí, debió identificarlos con el correspondiente dorsal y efectuar un recuento de qué niños eran entregados a los profesores de esquí".