Entre 1999 y 2003, gracias a la buena marcha de las estaciones de esquí, el empleo en las zonas turísticas del Pirineo aragonés creció en torno al 36%. Este año, el grupo Aramón "ha creado más de 500 nuevos puestos de trabajo, en un momento en que, en el contexto general, se está extinguiendo empleo", señaló su presidente, Franscico Bono. Según datos facilitados por la sociedad, el 20,1% del gasto que realiza un turista se queda en la estación, mientras que el 79,9% repercute en las empresas del entorno (hostelería, comercio y transportes, entre otros).
A estas alturas de la temporada (el cierre de pistas está previsto para el próximo 19 de abril), las cinco estaciones del grupo Aramón, ya han superado en 70.000 forfaits las estimaciones hechas a principio de campaña, según confirma el director general del hólding, Javier Andrés.
Cuatro de las diez estaciones catalanas de esquí alpino (La Molina, Vall de Núria, Espot Esquí y Port Ainé) están intervenidas por la Generalitat, tras declararse en quiebra o estar a punto de hacerlo. Tavascan, Vallter-2000 y Port del Comte sobreviven con algunas estrecheces, gracias al público familiar, mientras que Boí-Taüll Resort está pendiente del futuro empresarial de su propietario, la inmobiliaria Nozar, declarada en concurso de acreedores. Baqueira Beret y Masella (de capital privado) son las que mejores resultados arrojan. En junio de 2006, la Generalitat presentó un plan director para el sector de la nieve, que apenas se ha empezado a desarrollar.
Algunos sostienen, en círculos privados, que la clave se encuentra en que Baqueira-Beret se ha dormido en los laureles, que después de tantos años siendo el máximo referente del esquí en el Pirineo no se ha dado cuenta de que, muy cerca, sus competidores se estaban haciendo mayores. "A nosotros nunca nos ha preocupado el número de esquiadores que tengan otras estaciones. Lo que realmente nos preocupa son nuestros clientes", replica el director de comunicación del complejo aranés, Roberto Buil. De hecho, agrega, "que haya cada vez más personas aficionadas al esquí nos beneficia a todos. Empieza a hacer falta que alguna administración turística, la que corresponda, estudie de forma aquilatada cómo está el sector del esquí, que analice la situación actual del mercado, las preferencias de los esquiadores o por qué van al extranjero", reclama el directivo.
La dirección de Aramón asegura, mientras tanto, que su éxito se fundamenta "en la gestión profesionalizada y con criterios empresariales que se ha aplicado estos últimos años", indica Bono, que garantiza que "ni el Gobierno de Aragón, ni Ibercaja se han inmiscuido nunca en las decisiones del hólding".
Sea como fuere, desde el 2004, las estaciones de Aramón han recibido inversiones por un importe de 142,2 millones de euros, de los que la mitad proceden de las arcas públicas aragonesas. La facturación del grupo ha pasado de 28,1 millones en la temporada 2005-06 a 46 millones en la 2007-08.
Hasta ahora, el grueso de la inversión lo ha recibido Formigal, con 105,4 millones de euros. Los siguientes proyectos de la empresa, que está también negociando la incorporación de Candanchú al grupo, son la mejora de las estaciones de Teruel y la ampliación de Cerler, que se extenderá hasta prácticamente el límite provincial con Lleida.
Telecabina en la N-230
Si los permisos ambientales y otros trámites administrativos se resuelven con cierta agilidad, Aramón tiene previsto iniciar la expansión de Cerler durante el verano del 2010, apunta su director general. La primera fase del proyecto prevé el crecimiento de la estación hacia el valle de Castanesa, apenas a 25 kilómetros del Pont de Suert. Más adelante, en una última etapa del proyecto (previsiblemente hacia el 2025), se abordaría la ampliación del sector denominado de Aneto, que supondrá la construcción de una telecabina en el pequeño núcleo de Bono, situado en la misma carretera N-230, que une Lleida con el Vall d'Aran.
Uno de los primeros objetivos del proyecto, que convertirá a Cerler en el mayor complejo de esquí de España, es atraer al público catalán, que actualmente ya representa el 36% de los clientes de esta estación. "De todos modos, somos conscientes de que el aficionado catalán es difícil. Primero, porque suele ser muy fiel a sus estaciones de toda la vida y, segundo, porque también tiene muy cerca la oferta de Andorra", indica Andrés.
El proyecto, que prevé elevar la cota para asegurar así la nieve, supondrá la creación de un circuito de 146 kilómetros esquiables, con 107 pistas y 54 remontes. La ampliación irá acompañada de la construcción de unas 4.000 viviendas.
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