Aparte de ese convenio, a formalizar con Sotur S.A., Riaza pretende que otra fuente de ingresos provenga de la Consejería de Educación, a la que ha realizado una propuesta para que adquiera forfait por un importe cercano a los 300.000 euros, a similitud de otros acuerdos —aunque de cifras más modestas— con el Ayuntamiento de Segovia o la Diputación Provincial. “La Consejería de Educación está dispuesta a colaborar, aunque todavía no hemos concretado la cuantía”, declaró Cerezo.
Mientras eso se produce, desde el Ayuntamiento de Riaza se ha pedido al director - gerente de la estación, Ramón Valle, que intente minimizar los gastos. Y, siguiendo esa política, la plantilla habitual en La Pinilla se ha visto reducida en los últimos meses.
En cualquier caso, la rentabilidad de la estación está, para Cerezo, fuera de toda duda. “Es viable, pero para ello se necesita que haya nieve”, sostiene el regidor. Algo que no ha ocurrido los dos últimos años. En la temporada de invierno 2007-2008 permaneció abierta durante 110 días, un número considerado alto si se compara con otras instalaciones del Sistema Central, aunque apenas hubo nieve. El número de visitantes apenas superó los 34.000, lo que supuso un descenso cercano al 25% con respecto a la campaña 2006-2007, calificada a su término como “la peor en condiciones climáticas desde hace 15 años”.
Desde que la Junta, la Diputación Provincial y Caja Segovia acordaron, en junio de 2000, vender sus acciones en La Pinilla S.A. al Ayuntamiento de Riaza por su precio simbólico, la estación de esquí ha conseguido sortear las dificultades económicas. Porque cuando los tres antiguos accionistas hicieron el traspaso de la propiedad, se comprometieron a entregar 250 millones de pesetas con el objeto de que el Ayuntamiento de Riaza pudiera realizar las reformas necesarias en las instalaciones. Además, manifestaron su voluntad de aportar 150 millones de pesetas durante los siguientes cuatro años.
Al término del periodo de vigencia del acuerdo se encadenó otro con superávit, motivado, principalmente, por dos temporadas climáticas favorables, las de 2004-2005 y 2005-2006. Sin embargo, aquellos beneficios se esfumaron cuando la sociedad tuvo que hacer frente a las pérdidas de la pésima campaña 2006-2007. Con aquella deuda cubierta dio comienzo la temporada 2007-2008, en la que se esperaba la llegada de abundante nieve. No fue así, y ahora el Ayuntamiento de Riaza se afana en encontrar apoyos, incluso de la empresa privada. “Estamos abiertos a escuchar las ofertas que nos lleguen”, señala Cerezo, convencido que las dificultades actuales son “superables”.
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